Están los viejillos de nuestro amado templo del cortado mañanero pensándose seriamente la posibilidad de sacarle provecho a la historia. La cuestión es que hace unos días nos visitó en el local un currela que vive en los madriles pero al que el trabajo le suele traer a la capital alavesa. Nadie sabe cómo, hace ya unos años terminó entrando en el bar y vuelve a él cada vez que está por aquí. Hacía tiempo, eso sí, que no le veíamos. Tenía que haber estado a finales de mayo, pero ya nos contó la razón por la que no fue así. Le toca a él gestionar las reuniones de su empresa cuando son aquí. Casi siempre van al mismo hotel, pero en aquella ocasión estaba lleno. Imposible encontrar plaza. Tampoco en el resto... hasta que encontró uno en una zona industrial. Le pedían 450 euros por cabeza. Claro, la cosa laboral se terminó celebrando en otra ciudad. El buen hombre estaba alucinando por los precios vitorianos, máxime en días laborables, hasta que alguien le explicó que en Bilbao había una final de fútbol y media Inglaterra se estaba dejando la pasta gansa por estos lares. Y es aquí donde tres de los viejillos le han ofrecido a nuestro visitante acoger ellos en sus casas el próximo conclave empresarial. Los precios serían más bajos y el trato de lo más familiar.