Yo escucho eso de Los Siete Magníficos y mi cabeza trabaja a ritmo de Elmer Bernstein, dispuesta a pasar una tarde de sofá y palomitas con Yul Brynner, Steve McQueen y compañía. Pero no. Resulta que hoy The Magnificent Seven son Meta, Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet, Nvidia y Tesla. Estos días puede que hayan leído sobre ellas. La mayoría de los directivos de estas empresas –salvo el director ejecutivo de Nvidia– estaban sentados bien cerca del estrado durante la toma de posesión de Donald Trump. Y estos gigantes tecnológicos han perdido 2,7 billones de dólares en capitalización bursátil –el equivalente a todo el PIB de Francia– en tres semanas, a pesar de que su acercamiento a Trump les apuntaba un futuro dorado de promesas de desregulación y beneficios fiscales. Pero resulta que la competencia de la china DeepSeek, por un lado, y la guerra arancelaria desatada por Trump que ha alentado el miedo a una recesión, penalizando precisamente al Nasdaq –índice tecnológico de Wall Street–, ha acabado castigando a estos Magnificent Seven. Decía el personaje de Yul Brynner en la película dirigida por John Sturges: “He trabajado para hombres que me daban mucho… Pero jamás para alguien que me lo diera todo”. Y sí, hay quienes lo quieren todo.
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