Para desgracia de quienes amamos este deporte, el fútbol español se está convirtiendo en un producto cada vez menos apetecible para el consumidor. La calidad y el poder adquisitivo de la competición ha ido cayendo en picado en los últimos años y la distancia con la Premier League, a rebufo no hace tanto de LaLiga, es cada vez mayor. Y no, la culpa de la pérdida de interés de la competición no la tienen las pérdidas de tiempo del Getafe de Bordalás. La tiene la nefasta gestión de un Javier Tebas que ha ido sumando despropósitos como unos horarios insufribles para el aficionado local, soluciones cortoplacistas a los problemas financieros como los fondos CVC y las desavenencias con una RFEF que sigue con Rubiales al frente pese a todos los escándalos que lo rodean. Pues bien, la última pifia está siendo venderse al mercado árabe, primero llevándose allí la Supercopa de España y ahora convirtiendo Visit Saudí en uno de los patrocinadores principales de LaLiga “con el objetivo de promocionar Arabia Saudí como el destino turístico más emocionante”, según se anunció el jueves. Nunca dejarán de sorprenderme las gilipolleces que se pueden decir por dinero... Visto lo visto, veo más factible que el Alavés termine jugando de local en Riad antes que en Mendi un domingo a las 18.00 con un arbitraje comprensible.