Síguenos en redes sociales:

Mesa de Redacción

Miren Ibáñez

Afganistán (III)

“Afganistán es ese lugar lejano que siempre vuelve a nuestras conciencias. Vuelve con la misma insistencia que lo olvidamos, supongo”. Lo escribí hace un año, cuando las tropas estadounidenses salieron por piernas de aquel país –por cierto, cumplimentando el acuerdo alcanzado entre Donald Trump y los talibanes– dejando tras de sí el horror ya bien conocido del régimen talibán. El archivo ha venido a darme un bofetón, metafórico pero de los que duelen. En honor a la verdad, ha sido el archivo y las imágenes que pudimos ver hace unos días de un grupo de mujeres, apenas unas cuarenta según las crónicas, que se manifestaban en Kabul ante el Ministerio de Educación afgano –hay que ver qué paradojas, es como ese titular que he leído referiéndose como “filósofo” al ideólogo ultranacionalista aliado de Putin, también ha dolido–. Los talibanes reprimieron la manifestación a empujones y a tiros, por supuesto. Demandaban, entre otras cosas, acceso a la educación y les dispararon, creo que esto lo resume todo y pone a cada uno en su lugar. Hay tanta dignidad en esas mujeres que ni un millón de infames tipejos armados hasta los dientes podrían siquiera imaginar rozar, que ni el olvido más cruel puede borrar.