El Tour de Francia cerró el domingo una de sus ediciones más brillantes de los últimos años y la próxima vez que la caravana de la Grande Boucle se ponga en marcha lo hará ya por carreteras vascas. La mejor carrera ciclista del mundo ha vuelto a ratificar la caída en picado del nivel ciclismo estatal en grandes vueltas. Solo nueve corredores se presentaron en la línea de salida, cuando a principios de siglo se sobrepasaban los 40, y media docena logró llegar a los Campos Elíseos. Los 3.328 kilómetros recorridos desde Copenhague a París son ya los más veloces en la centenaria historia del Tour al haberlo hecho a un promedio de 42,026 kilómetros por hora. Más allá de esa velocidad vertiginosa los nueve ciclistas estatales estuvieron lejos de haber ofrecido una alegría en las sofocantes tardes de julio. El vizcaíno Jonathan Castroviejo, Carlos Verona y el veterano Luis León Sánchez rozaron el triunfo en varias etapas, pero se quedaron con el amargo sabor del segundo puesto. No es casualidad que desde el año 2018 no haya un triunfo de etapa en la carrera francesa. La sequía a la hora de cazar etapas en grandes vueltas se eleva a las cinco últimas rondas y hay que remontarse a octubre de 2020 para ver a un corredor nacional levantar los brazos en La Vuelta.
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