igo con los héroes y las heroínas de verdad, esos que bajan al barro del día a día, que quizá no son glamurosos, ni visten mallas coloridas, ni tienen genealogías lustrosas que emparentan con Zeus, esos que hacen su trabajo, que hacen lo que tienen que hacer, aunque sea en momentos difíciles. El otro día mencionaba a nuestros mayores y, cómo no, al personal de nuestro sistema sanitario. Aplausos inmensos para ellos y ellas. Hoy quiero recordar a trabajadores que estos días, además de hacer su trabajo, han tenido que lidiar además con actitudes poco solidarias. Me refiero a toda esa gente que atiende supermercados y tiendas de alimentación en nuestros barrios y, por supuesto, todos esos transportistas que hacen posible que la distribución funcione. Un montón de gente que cumple con su tarea, para los que el teletrabajo no es una opción, que sigue acudiendo a su puesto para que todos tengamos acceso a los productos de alimentación, aseo y limpieza. Pongamos de nuestra parte para hacerles su labor menos complicada. Respetemos distancias, no hagamos acopios innecesarios. Quizá sea tentador llenar la despensa de botes de champú, latas de atún... o sí, de papel higiénico. Pero tentador no significa necesario. Igual que no hace falta pegarse al de delante en la caja. Responsabilidad y sentido común. Para que cuanto antes podamos recuperar la normalidad.
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