La palabra nos define. Como seres humanos, como individuos y como sociedad. Si algo no tiene nombre o término que lo identifique, no está. Aquello de lo que no se habla, o se escribe, prácticamente no existe. Y, por tanto, la manera en la que nos referimos a la realidad, las palabras que empleamos, importan, como importan las reflexiones que con ellas construimos. Hoy es 8 de marzo y en DNA hemos querido dedicar un espacio especial a palabras, a reflexiones, de mujeres. Una tarea en la que intentamos empeñarnos todos los días del año, pero a la que hoy queremos dar un protagonismo absoluto. Porque, como bien recoge la frase de Virginia Woolf que aparece en nuestra portada, “durante la mayor parte de la historia Anónimo era una mujer”. Llegará el día, seguro, ojalá más pronto que tarde, en que no sea necesario reivindicar la igualdad de derechos o el derecho que como mujeres, como seres humanos, tenemos a que nuestras vidas, nuestra integridad física, nuestra sexualidad, sean respetadas; será un objetivo cumplido. Pero hoy, miles de mujeres levantan la voz unidas en una lucha aún necesaria y diaria. Con todo el respeto a esa lucha y a las luchadoras, sumamos nuestras palabras. Porque creemos, como Bella Abzug, que “la prueba para saber si puedes o no hacer un trabajo no debería ser la organización de tus cromosomas”.
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