Hasta ayer número tres de Podemos y diputada de la formación morada en el Congreso: Le escribo desde la lejanía ideológica y, más si cabe, personal, que en ninguno de los dos casos me impide desearle lo mejor, sea lo que sea lo que le ocurra. Puesto que los primeros mensajes de ánimo y cariño llegaron de puño y letra de las principales dirigentes del partido que abandona, doy por hecho que no hay ningún transfondo ideológico en su decisión y que es un asunto estrictamente privado. A la espera de conocer más detalles -que no tiene por qué darlos- me uno a quienes le están mandando ánimos y, en general, coinciden en decirle que ahora tiene que centrarse en “lo importante”. Es terrible, y me incluyo, que no nos demos cuenta de qué es “lo importante” hasta que la cruda realidad nos lo muestra. Cuídese.