Siempre aparentemente cabreado evaluador de películas y lo que le pusieran por delante que acaba de abandonar este mundo: Fue usted el culpable de las ojeras hasta las rodillas que lucí durante mi adolescencia y juventud. En connivencia, eso también es verdad, con José María García, que lo antecedía en la parrilla de aquella Antena 3 Radio ultramontana que se cepillaron por la vía rápida las instancias felipistas. Me la bufaba bastante el deporte y, definitivamente, el cine me resultaba indiferente. Pero me lo pasaba cañón escuchando a Butanito ciscándose en los que se bebían “hasta el agua de los floreros” y a usted abroncando a los oyentes que le recitaban la lista del videoclub para que les diera su opinión. Le deseo que descanse en paz. Ojalá en el cielo solo proyecten títulos en “glorioso blanco y negro”.