Otro CIS contra corriente
– En el último día en que se podían difundir encuestas, Tezanos no defraudó. El CIS-Flash volvió a conceder la victoria al PSOE, con 1,4 puntos de ventaja sobre el PP. De propina, Sumar le birla holgadamente a Vox la tercera plaza, con lo que la reedición del llamado “gobierno de progreso” sería pan comido. Menuda cara se nos quedaría si, después de una veintena de pronósticos fallidos, el domingo se cumpliera el vaticinio.
¿UPN, fuera del Congreso?
– Más cerca, EITB hizo público su Focus. Por lo que respecta a la demarcación autonómica, el sondeo del ente público se parece a otros que hemos conocido, con la posibilidad de un triple empate a 5 representantes entre PNV, EH Bildu y PSE y un ganador por territorio. Eso sí, los restos estarían muy ajustados y podrían cambiar la foto final. La predicción para Nafarroa tiene más picante. De entrada, Focus le concede los dos escaños de la derecha al PP y no a UPN. El PSN se llevaría otros dos, creciendo notablemente, y el otro sería para EH Bildu.
Todos los resultados
– Y ya, si añaden las encuestas que han ido difundiendo y actualizado diariamente diferentes medios de comunicación, pueden escoger el resultado que más se ajuste a sus deseos. Así, en las cabeceras de la derecha se da por hecha la mayoría absoluta de PP con Vox, mientras que en las de la izquierda, incluso otorgando el triunfo al PP, se ve factible que las fuerzas progresistas mantengan a Pedro Sánchez en La Moncloa. Ya dice el tópico: la única encuesta que vale es la del domingo.
¡FeijóoooooH!
– Por lo demás, no conviene levantar los brazos antes de tiempo, como parece que está haciendo Alberto Núñez Feijóo, que ayer volvió a pecar de exceso de confianza. Y de falta de respeto, tanto a la verdad como a la periodista de RTVE Silvia Intxaurrondo. Después de que el crecido candidato volviera a repetir por enésima vez que el PP siempre ha revalorizado las pensiones, la presentadora le dijo que no era correcto y, de regalo, le aportó los datos: “No lo hizo ni en 2012, ni en 2013 ni en 2017”. Ni por esas. Chulescamente, le espetó a su interlocutora que tenía que repasar esos datos y, cuando viera que eran incorrectos, debería aclararlo en el mismo programa. Un par de horas después, cuando quedó archiprobado que era él quien había difundido el bulo, dejó en Twitter, más que una disculpa, una excusa de mal pagador. “No me importa aclarar cualquier afirmación si ha sido inexacta, al contrario de Sánchez, cuya arrogancia nunca se lo permitiría”, se retrataba el aspirante a mandar a Sánchez al banquillo. Es el enésimo error no forzado que comete. Y le quedan seis días para seguir pifiándola.