Vencedor del pulso con la sacrosanta BBC: Supongo que, en nombre de la libertad de expresión, tendré que alegrarme por su readmisión como comentarista remunerado multimillonariamente por el ente público británico, que había querido castigarlo por comparar en Twitter la política migratoria del Gobierno de su Majestad con la del régimen nazi. Enternece la ola de solidaridad que ha despertado, aunque cabe preguntarse si hubiera tenido la misma defensa en caso de que su mensaje hubiera ido en otra dirección. Usted, yo y toda la panda habitual de hipocritones sabemos la respuesta. Pero, felicidades. Está en el lado correcto de la vida, en el de los que, además de librarse de la cancelación, se forran pasando por héroes de la libertad.