DECEPCIONANTE lideresa de la izquierda alternativa al PSOE: Asisto con perplejidad a su silencio ante los tan despiadados como reiterados ataques de Pablo Iglesias y sus palmeros hacia su persona. Si hablásemos de hechos aislados, se podría entender que renunciara a entrar al trapo por el bien de la causa que pretende representar. Pero ya son demasiadas las veces en las que responde poniendo la otra mejilla las furibundas y gratuitas embestidas verbales (“Estúpida”, “miserable”, “cobarde”) del individuo que supuestamente se había hecho a un lado porque, según sus propias palabras, ya no aportaba. Su pasividad empieza a ser signo de debilidad. ¿Cómo vamos a creer que se rebela contra la injusticia cuando calla ante las que usted misma sufre?