Pelea en el cine
El boxeador Antonio Barrul: “A un maltratador se le frena como sea”
La vuelta de Javier Vizcaino En confianza
Cuatro letras a... Emiliano G. Page
Avezado escondedor de la mano tras arrojar piedras contra su supuesto propio tejado, o sea, partido: No deja de maravillarme su capacidad para la reincidencia. Aunque todavía me asombra más que haya quien se trague sus amagos sin dar y lo presenten, no ya como verso suelto del PSOE, sino como valeroso opositor al sanchismo rampante. Lo penúltimo ha sido afear a su señorito “las malas compañías” de las que se rodea. Casi no se nota que dentro de ocho meses le toca reválida electoral y le pintan bastos. Ha tenido toda una legislatura para dar un puñetazo encima de la mesa. Lo que ha hecho, sin embargo, es cacarear e inmediatamente bajar la cabeza ante su mandarín. Se merece que las urnas lo manden a la oposición. l