¿Cómo recuerda su farmacia hace dos años?
-Organizando todo para enfrentarnos a una situación absolutamente desconocida: mamparas, dispensadores de gel, distancias de seguridad, turnos de trabajo... Preparándonos para lo peor, pero esperando lo mejor.
Estuvieron a pie de mostrador todo el tiempo. ¿Pasaron miedo?
-No sé si llamarlo miedo, pero había que seguir dando el servicio que se esperaba del colectivo. La incertidumbre y, en un inicio, la falta de material de protección nos tenía desconcertados y asustados.
Mascarillas, geles, termómetros... ¿Qué fue lo primero que se agotó?
-Las mascarillas. No estábamos preparados para abastecer todas las necesidades. Y lo acabamos de vivir también con los tests de antígenos. Solicitamos medidas regulatorias para un acceso seguro a estos materiales y se equilibró la situación.
Seguro que las gestiones para reabastecerse dan para escribir un libro...
-Y varios tomos... El inicio fue caótico. Había que controlar también la procedencia, que cumpliesen con las garantías establecidas por las autoridades sanitarias. Y hubo que pelear con la ingente cantidad de bulos que aparecían en las redes. Hicimos una labor pedagógica.
¿Cómo se comportaron los clientes? ¿Entendían la situación?
-Merecen una felicitación. Desde el inicio fueron conscientes del esfuerzo que hacíamos para garantizar el acceso a la medicación a la población. Hemos cuidado y nos han cuidado.
¿Sienten que se ha reconocido el papel de las farmacias en la pandemia?
-El trabajo de los farmacéuticos, en cualquier ámbito de ejercicio profesional, ha salido reforzado y está reconocido por la sociedad y por la administración. Nadie discute nuestro compromiso con la salud.
¿Creen que podían haber aportado algo más y la administración no les ha dejado?
-Desde febrero de 2020, ofrecimos nuestra colaboración a la consejería. Siempre se puede aportar más, pero hay que valorar las necesidades y las soluciones. Por la urgencia, trabajamos codo con codo con la Dirección de Farmacia para garantizar el acceso a la medicación de todos los pacientes.
Usted, personalmente, ¿qué ha aprendido de lo que hemos vivido?
-A relativizar, en medio de todo el colapso, qué es urgente, importante o necesario. A cuidar, a escuchar, a humanizar las situaciones además de ayudar a curar. Creo que la salud no solo es ausencia de enfermedad, va más allá.
Y para el sector en general, ¿cuál ha sido el aprendizaje?
-Hemos innovado soluciones en pandemia que han sido de gran valor para la sociedad en general. Y queremos seguir consolidándolo, siendo un eslabón más de la cadena del sistema sanitario para aportar valor a la salud integral de los pacientes.
¿Confía en que pronto alcancemos una verdadera normalidad?
-Creo que no vamos a volver al cien por cien a la situación prepandemia. Veremos mascarillas por la calle, aunque no sean obligatorias, en momentos concretos. Me gustaría recuperar lo antes posible el trato cercano que la pandemia nos quitó. Se ha puesto mucha pantalla por medio, y quizás sea lo que peor llevo.