- El galope del pura sangre se ha convertido en trote cochinero. ¡Con lo bonito que parecía todo cuando Alfonso Fernández Mañueco se marcó un Ayuso y adelantó las elecciones de Castilla y León! De acuerdo al cuento de la lechera oficial al fondo a la derecha, el PP ganaría por goleada (incluso se publicó que por mayoría absoluta; busquen en las hemerotecas) y se estaría dando un paso de gigante hacia la conquista de La Moncloa. La extraña comunidad construida artificialmente juntando (por lo menos) dos realidades históricas que se recelan y desconocen sería la antesala de la tumba del sanchismo. Las primeras semanas de precampaña, engolfadas alrededor de la manipulación de unas palabras del lenguaraz ministro Alberto Garzón sobre las macrogranjas, parecieron confirmar vaticinio diestro. Las fotos con vacas, ovejas o cerdos iban alfombrando el anunciado paseo triunfal... hasta que los números empezaron a palidecer en las encuestas.
- Sí, en todas las encuestas. Ya no es cosa solo del conocido como “CIS de Tezanos”, que supuestamente se cocina al gusto monclovita y que ayer volvió a pronosticar un futuro inmediato más que incierto al PP. Prácticamente todos los sondeos difundidos en los tres últimos días, incluidos los realizados por medios conservadores, coinciden en que Mañueco llega a las puertas de las urnas con la lengua fuera. En apenas un mes ha perdido cinco puntos, lo que traducido a escaños significa que a Casado y al propio aspirante a la reelección no les va a quedar más remedio que humillarse ante Vox si quieren mantener la plaza. Si los gabinetes demoscópicos van medio bien encaminados (que también es mucho esperar), los azules podrían verse en la tesitura de ofrecer tres o cuatro asientos en el gobierno a los verdes abascálidos, que sí van lanzados.
- No deja de ser significativo, en todo caso, que se haya instalado semejante bajonazo anímico en Génova y satélites. La imagen de conjunto muestra la endeblez de la apuesta de centro derecha, que no es capaz de construir un relato ganador ni siquiera en unas condiciones tan favorables como las de Castilla y León, donde la alternativa por la izquierda es pobre de solemnidad. Por un lado, el candidato del PSOE, Luis Tudanca, carece del menor carisma y ni con Sánchez al lado mejora. Por otro, Unidas Podemos va tan en precario que la campaña la está haciendo Pablo Iglesias. Manda narices que entre los populares hay quien ya habla de repetir los comicios.