No hay manera. Las huestes cavernarias han hecho presa en La ministra española de Igualdad y no la sueltan. Hoy se cumplen dos semanas de dentelladas a Irene Montero. Y como van a ver con tanta o más saña que el primer día.
"Irene Montero ahora es poco menos que Juana de Arco de lo que ha llamado «la violencia política»"
Empezamos por la gracieta de Chapu Apaolaza en La Razón. Tomando como burladero a un amigo, el donostiarra titula su pieza “Follacracia”. En la letra menuda, el recado: “La ministra se enfadó mucho por el comentario. No entiende que alguien sospeche que hacer una ley para proteger a las mujeres y que termine sacando del talego a los violadores es signo de que ella está poco preparada. Se enojó mucho con lágrimas y aspavientos y ahora es poco menos que Juana de Arco de lo que ha llamado «la violencia política»”.
No deja ser gracioso ni de tener un punto golfo que también en el diario azulón, Marina Castaño —sí, esa Marina Castaño— se apunte a la golpiza: “¡Vaya por Dios! Y el otro día, cuando una de Vox le sacó a relucir el motivo que la llevó a ocupar su silla en el consejo de ministros, se lio a insultos entre sollozos, llamando fascistas a todos los que no son de su cuerda e inventándose la violencia parlamentaria”.
"Montero no es víctima de nada"
Sin dejar el periódico de Marhuenda, al que hoy damos día libre, nos encontramos con la habitualmente moderada Carmen Morodo soltando la mano: “Montero no es víctima de nada. Las víctimas son las mujeres que cargan con el dolor de ver cómo sus agresores se benefician de una reforma, sin duda bien intencionada, pero nefasta en sus efectos por la ignorancia y la prepotencia de sus ideólogos. Pero ahora toca estirar el victimismo de la ministra para mantener una forzada unidad de la izquierda alrededor de a quien ya señalan, dentro de la última operación de Pablo Iglesias para doblar el pulso a Yolanda Díaz, como la aspirante a candidata a La Moncloa frente a la vicepresidenta”.
En Libertad Digital también hay retén que se va relevando para verter ponzoña contra la titular de Igualdad. Hoy están de guardia Santiago Navajas y Javier Somalo. Aquí va la evacuación del primero: “Irene Montero rechazaba la violencia política que, dice, se ha ejercido contra ella en el Parlamento. Una diputada de Vox había insinuado que si es ministra es porque su marido, Pablo Iglesias, ejerce de macho alfa de la manada de la ultraizquierda. Aunque es obvio que nunca un partido pretendidamente feminista ha dependido tanto de los caprichos, mandatos y querencias de un solo hombre. Pablo debería llamarse Jacq. A continuación, Montero criticaba a la "banda de fascistas" del partido de Santiago Abascal”.
"Irene no llora por un ataque de dignidad o de rabia tras un desaire parlamentario. Llora porque se ha demostrado su incompetencia en la tarea legislativa"
El otro guripa de la banda de Federico, el tal Somalo, se erige en interpretador de llantos: “Las lágrimas de Irene Montero, niña del primer mundo con siete vidas resueltas gracias a su veloz ingreso en la burguesía política, son una vergüenza muy incómoda para su partido y para su casta. Irene no llora por un ataque de dignidad o de rabia tras un desaire parlamentario. Llora porque se ha demostrado su incompetencia en la tarea legislativa y la noticia ha llegado hasta el último rincón del mundo… y hasta la última prisión de España también”.
"Nadie ha hecho más daño al feminismo español que Irene Montero y su cuchipandi del Ministerio de Igualdad"
En The Objective tampoco ha faltado suministro de vitriolo contra Montero. Hoy, con la firma de Sonia Sierra, exconcejal y exparlamentaria de Ciudadanos: “Sin ningún tipo de dudas, nadie ha hecho más daño al feminismo español que Irene Montero y su cuchipandi del Ministerio de Igualdad. El daño que está ocasionando Irene Montero a las mujeres es ya más que evidente, por mucho que ahora pretendan presentarla como víctima”.
El subdirector de El Debate, Luis Ventoso, es reincidente en los mandobles. La de hoy debe ser el cuarto soplamocos a Montero. La novedad (relativa) es que el amanuense encuentra el modo de metera a ETA en el paquete: “Una diputada de Abascal le recordó en el Congreso a Irene Montero una verdad como un templo: va de híper feminista, pero debe toda su carrera política a su relación amorosa con un hombre que la promocionó a dedo, Pablo Iglesias, pues antes de que mediase tal circunstancia lo único que había hecho en su vida laboral era atender unos meses la caja de un súper (y con todo el respeto para quienes en ellas trabajan). Irene Montero, que ahora va de víctima y lloriquea, ha insultado a medio planeta y con su pareja y promotor aplaudía los escraches violentos como «jarabe democrático». Abascal luchaba contra ETA jugándose la vida; Otegi, el socio preferente del PSOE, era un terrorista de ETA”.
Y ya que acabamos de mentar la bicha, dejamos a Irene Montero al margen, y cerramos pieza con la clásica colección de jijís-jajás de Antonio Burgos en ABC. Sostiene el latigador del sur que Bildu le ha sacado poco a Sánchez en la negociación: “De momento, no han prohibido los toros en todo el País Vasco y Navarra, ni dejado hundir sus cosos, abandonados por sus propietarios, mayormente los ayuntamientos. Me extraña que como manifestación de la Fiesta Nacional de España que es, no hayan pedido la supresión de la Semana Grande de Bilbao ni mandado clausurar el Club Cocherito como antro españolista. Poco pide Bildu para lo que podía pedir”.