Ciento setenta minutos y veinticinco remates después, España logró derribar el muro que le suponía ver portería en estos Juegos Olímpicos gracias a un gol de Mikel Oyarzabal (m.80) frente a Australia (0-1) que se celebró, más allá de porque suponga el liderato de grupo a una jornada del final, con rabia conscientes de que, como dijo Luis Enrique recientemente durante la Eurocopa, solo hacía falta “descorchar” la botella de cava.
Si Martín Zubimendi falla pases de dos metros es sinónimo de que algo va mal. Y eso les pasó a los de Luis de la Fuente en la primera mitad frente a Australia a pesar de que los cambios surgieron efecto y el equipo mostró más ritmo que en cualquier momento del estreno contra Egipto.
Dani Olmo y Pedri, enorme en la recuperación, asumieron galones ante la ausencia de Dani Ceballos, que vio el partido desde la grada con el tobillo izquierdo en alto. Javi Puado demostró estar a gran nivel físico, Cucurella abrió el campo por izquierda y el único ‘pero’ fue Óscar Gil, quien se vio limitado ante las incursiones de Arzani tras cargarse con una amarilla desde el minuto 4.
Sin embargo, todas estas buenas noticias no se tradujeron en lo importante: superioridad en el marcador. De todas las maneras lo intentó España. Pedri desde fuera del área, Puado de espuela de espaldas a portería y el mano a mano de Oyarzabal, que mandó al travesaño en el m.20.
Consciente de lo que está costando ver portería, su “¡Dios!” de rabia con la camiseta en la cara retumbó en el Sapporo Dome, estadio cerrado, con temperatura constante a 22 grados y vacío por las restricciones de coronavirus.
La sensación de superioridad se mantuvo tras el descanso. Muestra de ello fue que el primer tiro del partido por parte de Australia fue de McGree en el minuto 50, y ni siquiera logró conectarlo entre los tres palos; encerrados en su campo durante todo el encuentro, con solo un 32 por 100 de posesión, una cara bien distinta a la dominadora que mostraron sobre Argentina.
Los minutos corrían y la desesperación aumentaba. En el recuerdo el travesaño de Oyarzabal que pudo cambiar todo. Lo que no variaba para las posibilidades de clasificarse de España era si empata o perdía; en ambos casos dependía de sí misma y por eso Luis de la Fuente se la jugó quitando al lateral derecho, Óscar Gil, por un delantero puro como Rafa Mir. Pero fue el de la Real Sociedad el que se redimió.
Justo cuando dejó de actuar de ‘9’, hizo de ‘9’. Minuto 80. Centro desde la derecha de Marco Asensio y Oyarzabal remató cruzado de cabeza para superar, al fin, el muro australiano; y sobre todo el mental que iba creciendo en cada ocasión desperdiciada.
Celebración de rabia en jugadores y cuerpo técnico, conscientes de que el resultado les deja líderes del Grupo C con cuatro puntos, uno más que Australia y que Argentina, su próximo rival el miércoles en Saitama.
Ficha técnica:
Australia: Glover; Atkinson, Souttar, Deng (D‘Agostino, m.83), King; McGree (Baccus, m.72), Genreau (Watts, m.72), Metcalfe, Arzani (Tilio, m.63), Duke y Wales (Rwoles, m.63).
España: Unai Simón; Óscar Gil (Rafa Mir, m.76), Eric García, Pau Torres, Cucurella; Zubimendi, Pedri; Olmo, Soler (Asensio, m.68), Oyarzabal; Puado (Bryan Gil, m.57).
Goles: 0-1, min.80. Oyarzabal.
Árbitro: Bamlak Tessema Weyesa (Etiopía) amonestó a Wales (m.42), McGree (m.51), Duke (m.57) y Atkinson (m.90+4) en Australia y a Óscar Gil (m.3) y Unai Simón (m.90) por parte de España.
Incidencias: Partido de la competición masculina de fútbol de los Juegos Olímpicos enmarcado dentro del Grupo C y disputado en el estadio Sapporo Dome. Sin espectadores debido a las restricciones por el coronavirus. Australia se arrodilló antes de empezar el partido como gesto de protesta conta el racismo.