a Jota es el baile más popular y Navarra puede presumir de ser el territorio que la vio nacer. Por eso es su signo de identidad. No hay celebración sin bailar ni cantar una Jota vestidos, eso sí, como manda la tradición: con pantalón blanco, alpargatas con cintas rojas, faja y el famoso “pañuelico” anudado al cuello. Los instrumentos son otros de los acompañantes que no pueden faltar. Con las castañuelas en mano animan el ambiente, y si a ellas se les suma la guitarra y una gaita, y como no un buen verso, la fiesta sale redonda.
A pesar de ser un baile regional muy extendido por diferentes Comunidades Autónomas, la Jota echó raíces en Navarra. Sin ir más lejos, ha sido declarada bien de interés cultural por el Gobierno foral, y no es para menos, porque lleva sonando en sus calles desde principios del siglo XX. Fue sobre 1900 cuando el músico y compositor Pablo de Sarasate (Pamplona, 1844) comenzó a recoger las primeras melodías de jotas y las interpretó al violín. Raimundo Lanas (Navarra, 1939), amigo de Pablo, trabajaba en el campo, y en sus ratos libres empezó a cantar en compañía de su compañero. Las coplas y jotas fueron su pasatiempo y, por ello, se dice que este tipo de canciones homenajean al campo, a los labradores y hortelanos, haciendo honor a sus raíces, lugar en el que comenzó todo. Raimundo Lanas es conocido por ser el mejor intérprete de la Jota Navarra de toda la historia, ya que llevó este género a Cuba, México e incluso Nueva York donde arrasó con sus bailes y coplas. Ha dejado tanta huella que hoy en día las escuelas de Jotas siguen los pasos de este navarro que comenzó cantando en el campo.
En este sentido, hay que diferenciar la jota cantada de la bailada. La primera está condicionada por unos límites formales tradicionales donde juegan un papel fundamental la métrica, la estrofa, la rima y las melodías. Lingüísticamente hablando, utiliza de forma artística el lenguaje oral. Cuando llega el momento de poner la Jota en escena, se utilizan varios lugares, pero todo depende del contexto; por ejemplo, en actos públicos puede ser en un auditorio o similar, y en privados se llevan a tertulias e incluso celebraciones familiares. En cuanto a la segunda, a la Jota bailada, nos centramos en los pasos, pero son muy sencillos y aptos para todos los públicos. Las parejas bailan en corro, brazos en alto, con movimientos rápidos de vaivén lateral a uno y otro lado, con punteados en el suelo y traslaciones en sentido contrario a las agujas del reloj y en ese sentido. Después se introducen los instrumentos y... ¡a bailar!
Tal es el arraigo de la Jota en Navarra, que con el cometido de no perder la tradición en 2019 se creó la primera Asociación de Jota Navarra bautizada como “Navarjota”, impulsada por Mª Eulalia Jausoro y Mª Ángeles González, fanáticas de este género. Surge de la necesidad e inquietud de impulsar, divulgar, desarrollar, preservar y fomentar cualquier actividad que dé a conocer la Jota Navarra en la Comunidad foral. Además, La Asociación Navarjota ha sido la promotora de la realización de la Memoria para la Declaración de la Jota Navarra Bien de Interés Cultural, como Bien Inmaterial y junto con la Cátedra de Patrimonio Inmaterial - UPNA. Igualmente, elaboraron la Memoria para que la Jota Navarra, como estilo musical y como expresión cantada y bailada, fuera declarada Bien de Interés Cultural del Patrimonio Inmaterial de Navarra, un hecho el cual se logró. l
En Navarra existen múltiples escuelas que continúan enseñando este tradicional baile y canto para que se siga transmitiendo en las generaciones que viene. Aquí os dejamos algunas de ellas:
haciendo honor al máximo impulsor de la Jota Navarra, Raimundo Lanas, esta escuela llevó durante muchos años su nombre, y aunque se haya cambiado su legado sigue vigente. El centro cuenta con profesionales de danza formados en Jotas y participa en Fiestas Patronales, Hogares Navarros, actividades culturales y en celebraciones familiares, como en bodas, comuniones... Es una de las escuelas referentes en la Comunidad foral.
se inauguró recientemente, en 2019, y está dirigida por el jotero navarro Josu Hernández Asurmendi, que canta y baila Jotas desde temprana edad. Su pasión le ha llevado a dedicarse a lo que más le gusta, pasión que transmite a sus alumnos cada día. En las fiestas patronales o en eventos su equipo se viste de gala y continúa con esta tradición que marca Navarra.
el Conjunto Musical Gracia ofrece clases de jotas navarras, zortzikos, jota de villancico, rondallas y auroras, entre otros. Su oferta es muy amplia y todas las personas, la edad es indiferente, pueden acercarse hasta su centro para bailar lo que más les guste.