1kg de rabo de ternera

500ml de vino tinto

200ml de agua

1 zanahoria

1 cebolla

1 pimiento verde

3 dientes de ajo

2 cucharadas de harina

Aceite de oliva Virgen Extra

Sal

Pimienta negra al gusto

Para comenzar, se recomienda enharinar ligeramente los trozos de rabo de ternera. Una vez hecho este paso los doramos en una olla o cazuela con dos cucharadas soperas de aceite de oliva Virgen Extra. Una vez dorados, retiramos las piezas de rabo a un plato y a fuego suave rehogamos durante unos minutos en la misma cazuela todas las verduras previamente troceadas: ajo, cebolla, puerro, pimiento verde y zanahoria. Añadimos sal y dejamos que se cocine todo. Después, introducimos de nuevo la carne y añadimos el vino tinto, un vaso de agua y sazonamos ligeramente. Cerramos la tapa de nuestra olla o cazuela y dejamos que se cocine todo a fuego lento durante cerca de una hora. Una vez pasado este tiempo, se puede triturar la salsa o se puede comer con los trozos de verdura, al gusto. Probamos nuestro plato para rectificar y si creemos que está listo, ¡a comer!

2 lomos de bacalao desalado

2 guindillas

2 dientes de ajo

200ml de aceite de oliva Virgen Extra

Comenzaremos secando bien las tajadas de bacalao. Para ello, nos ayudaremos de papel de cocina. Una vez hecho esto, pelamos y laminamos los dientes de ajo. En una sartén amplia pondremos el aceite Virgen Extra a calentar. Una vez al punto, freiremos los ajos y las guindillas a fuego suave estando pendientes de que no se quemen. A continuación, retiramos el ajo y las guindillas, y las reservamos en un plato. Después, utilizaremos la misma cazuela y el mismo aceite para confitar el bacalao. Para ello, pondremos durante 2 minutos las tajadas con la piel hacia arriba para que se vaya cocinando el pescado. Damos la vuelta y cocinamos. Pasado el tiempo veremos que comienzan a salir burbujas blancas, es la gelatina del bacalao, necesarias para hacer el pilpil. Para que se ligue la salsa solo tendremos que ponerle un poco de ritmo y comenzar a mover la cazuela haciendo círculos de manera suave. Una vez logrado el espesor deseado dejamos reposar y ¡a la mesa! ¡On egin!