s muy habitual, o al menos así lo era antes de la pandemia, que en algunos bares y pequeños locales de Donostia, -¡Be! Club, Alboka y Altxerri, principalmete- los estudiantes y recién graduados de Musikene presentasen sus propuestas. La joven cantante de jazz vocal Sara Mansilla, sola o acompañada por otros músicos, se ha pateado todos los garitos de la ciudad. Los conoce de sobra. En 2019 presentó su primer álbum, ‘Talking to the wall’, en este caso en la sala Club del Teatro Victoria Eugenia, tras haber cursado los estudios de canto de jazz en el Centro Superior de Música del País Vasco ubicado en el barrio del Antiguo, junto al campus de EHU-UPV. En una carrera ascendente, Mansilla participó el año pasado en el Festival de Jazz de San Sebastián. En su terreno, jazz, pop-soul y funk, Mansilla es una de las artistas locales a seguir de cerca.
Musikene, un proyecto impulsado por el Gobierno Vasco, se puso en marcha en el curso académico 2001-2002 en el Palacio de Miramar. De sus aulas ha salido una cantera muy fértil de artistas, normalmente inclinados por el jazz y la música clásica. En el moderno edificio actual, se dan cita alrededor de 400 estudiantes de “notable diversidad geográfica”. El conservatorio cuenta con más de 150 profesores y una amplia oferta educativa entre cursos de especialización, másteres y el grado de Composición, Pedagogía y Dirección. Además de ejercer una importante labor formativa, la escuela ha desarrollado una intensa actividad fuera del centro con el objetivo de ir “estrechando lazos” con “las instituciones musicales y culturales del país”. Musikene ofrece un centenar de conciertos al año, la mayoría en su auditorio, pero en el que también se incluyen actuaciones en distintos escenarios de la Comunidad Autónoma Vasca, el resto del Estado y hasta en Europa.
Durante la presentación de los actos de celebración de su 20 aniversario, la directora y académica de Musikene, Miren Iñarga, destacó que el centro goza de gran prestigio, más allá de nuestras fronteras. “La calidad de nuestra oferta educativa ha atraído durante estos veinte años a alumnado y profesorado internacional y ha formado a profesionales que hoy ocupan puestos relevantes en distintos ámbitos de la música”. El pasado octubre, el compositor y profesor bilbaíno Gabriel Erkoreka fue galardonador con el Premio Nacional de Música 2021 por “por su brillante trayectoria como creador y por la riqueza de su lenguaje compositivo, en el que destaca la personal fusión de la sonoridad de instrumentos tradicionales vascos”.
A finales del año pasado comenzaron a ponerse en marcha algunas actividades previstas para celebrar la efeméride, pero otras aún están por llegar. Es el caso de uno de los platos fuertes del 20 aniversario, que parte de la unión del saxofonista Perico Sambeat y el coro San Juan Bautista Abesbatza de Leioa para interpretar el concierto sacro de Duke Ellington el próximo 13 y 15 de mayo, en el teatro Leidor de Tolosa y el Conservatorio Guridi de Vitoria-Gasteiz, respectivamente.
Según los representantes de Musikene, en dos décadas se han formado 12.00 profesionales que “en muchos casos” han apostado por desarrollar su labor musical en Euskadi, bien sea por su cuenta o formando parte de la red de educadores de música y orquestas vascas. Con el centro no solo conviene aguzar bien el oído, sino que también hay que abrir los ojos. La espectacular sede donostiarra se inauguró en septiembre de 2016, cuatro años más tarde de lo previsto, con un coste inicial de unos 40 millones de euros. El estudio de arquitectos GAZ de Bilbao, autores e ideólogos del inmueble, crearon “una gran piedra a esculpir” de brillante color negro que rompe radicalmente con los edificios que lo rodean. El contraste con los tonos dorados del exterior puede evocar asimismo a un instrumento musical. El año de su apertura, la sede fue galardonada por el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro en los Premios COAVN 2016.
El edificio ocupa una superficie de más de 13.000 metros cuadrados. A juicio de los arquitectos, se “optimiza” el acceso de luz natural en los espacios interiores “y da el servicio que exige un centro de referencia en educación musical superior”. El auditorio polivalente cuenta con un aforo total de 420 localidades. ¿Por qué se eligió San Sebastián como sede para acoger un único Conservatorio Superior en Euskadi? ¿Hay alguna razón que avalase su candidatura? El carácter de ‘capital cultural’ y el antiguo Conservatorio Municipal donostiarra, de larga historia y calidad contrastada, jugaron a favor de su elección. Hasta que se pudo trasladar a la ubicación actual, Musikene acusó la falta de espacio en el Palacio Miramar una vez empezó a aumentar la demanda del alumnado.
“El padre de Sofía y yo le dijimos que antes de entrar en Musikene tenía que hacer Bachillerato”
“Entré a Musikene con 18 años y ahora con 21 estoy en mi último curso. He aprendido mucho”