ómo puede darse cuenta uno mismo de que está perdiendo la cordura? “No tengo ni idea. En mi caso no sé cuándo empezó mi locura. A lo mejor nací genéticamente predispuesto, o a lo mejor fui macerando una depresión, o a lo mejor hay cerebros que de la noche a la mañana hacen ‘crack’ y se acabó”... Quien responde es Ángel Martín, sentado a mi lado, que lleva todo el mes de diciembre concediendo entrevistas para hablar de su libro, ‘Por si las voces vuelven’, en donde habla abiertamente de su experiencia internado en el ala psiquiátrica del Hospital Puerta de Hierro de Madrid a raíz de un brote psicótico que sufrió en junio de 2017.
¿Pero puede existir alguna señal o síntoma que te ponga en alerta y te empuje a pedir ayuda? “Más bien pone en alerta a tu entorno. Fue mi chica, Eva, quien se dio cuenta de que algo no iba bien cuando llegué a casa con un montón de regalos para ella para celebrar su triunfo como productora en la película de Wonder Woman’, explica el que fuera presentador de ‘Sé lo que hicisteis...” y ‘Órbita Laika’.
Reunir valentía para contar sus problemas de salud mental ha sido la parte menos complicada en un proceso de recontrucción desde cero que le ha hecho reinventarse hasta el punto de lograr disfrutar de su presente. “He escrito un libro que me hubiese gustado encontrar a mí cuando estaba mal”, advierte. “¿Eres partidario de los libros de autoayuda?”, le pregunto con curiosidad. “Pues aunque tengan mala fama venden millones de ejemplares, así que nunca hay que prejuzgar un libro antes de leerlo. Si te sirve habrá merecido la pena leerlo”, señala. Si bien, él reconoce que en ningún momento ha querido ofrecer un manual contra la locura, sino simplemente contar su historia por si a alguien le sirve.
“La gente conocida no estamos exentos de sufrir trastornos mentales”, subraya, tras hablar sobre la noticia del suicidio de Verónica Forqué, víctima de una profunda depresión. El hecho de que personas como la carismática actriz, reina de las comedias españolas de hace unos años, o Ángel Martín, conocido por hacer reír a los demás, desvelen haber padecido episodios depresivos llama poderosamente la atención. “Una cosa es el trabajo y otra la realidad”, indica, antes de afirmar que: “Estoy muy feliz con mi telediario y con mis podcasts y no quiero volver a la tele a decir lo que otros quieren que diga; prefiero decir lo que yo quiera”, dice con aparente sinceridad después de dar un largo sorbo a un zumo de tomate preparado. “¿No dicen que es un buen antídoto para sobrellevar mejor la resaca?”, le pregunto con total naturalidad mientras trato de paladear la espuma de mi zurito. “Hace tiempo que dejé de beber. Tienen que darse muchas circunstancias para que me tome una cerveza a día de hoy. La última fue con José (Lozano), mi compañero de podcasts -‘Misterios cotidianos’- y le supo a mal, porque me la dejé a medias y eso es algo que no soporta”, recuerda con una media sonrisa. Precisamente las drogas tuvieron un importante papel en las bromas que escribía en su pasado como guionista. “Lo bueno es que antes de beber y tomar media pastilla de éxtasis todos los días ya me dedicaba a escribir, así que sabía que era capaz de hacerlo sin tomar nada”, asegura. “¿Y qué hay de la leyenda de que los grandes genios las utilizaban para fomentar su creatividad?” “Nada. No he comparado lo que escribía antes de drogarme con lo que escribía durante, pero seguramente no habría ninguna diferencia, sólo eran bromas, no soy Da Vinci”, ríe este cómico nacido en Barcelona hace 44 años y que comenzó su andadura en Paramount Comedy.
“Ahora leo menos de lo que me gustaría pero mi hermano suele regalarme libros”
“También me gustan los libros del escritor Ibon Martín porque al ser de Eibar conozco los lugares en los que se desarrollan sus historias”
“‘Por si las voces vuelven’, de Ángel Martín, es un buen libro para regalar. Es muy valiente por contar su experiencia”