El cuidado de la bici esconde más misterios de los que podamos creer, así que a continuación trataremos de dar algunos consejos básicos para poder tener nuestra bici a punto o al menos, para que nos dure mucho tiempo en unas condiciones más que aceptables.
Una de las cosas más importantes es la limpieza o el cuidado que le demos a nuestra bici. En este sentido para algunos será lo más normal del mundo limpiarla una vez se use pero habrá otros que no lo harán y debido a esto poco a poco se les irá oxidando y agarrotando todos los rodamientos. Para evitar que esto sucede es tan sencillo como limpiarla y engrasarla antes de salir, independiente de que la vez anterior lo hayamos hecho. Este proceso no se quedará ahí, ya que cuando la usemos y se llene o no de barro tendremos que repetir el mismo proceso. En definitiva se trata de cuidar con mimo la bici y del mismo modo que limpiamos nuestra casa o coche haremos lo mismo con la bici.
Por otro lado, es importante que la bici esté en movimiento o al menos que regularmente movamos las ruedas, aunque no salgamos a dar una vuelta. En caso de que la bicicleta esté si moverse una o dos semanas puede terminar pasándole mucha factura. En este sentido, nunca la dejaremos al aire libre cuando no la estemos utilizando y mucho menos la pondremos en el balcón. Lo más importante es tenerla siempre limpia y en un sitio interior, nunca al aire libre. Eso sí, el lugar en el que la guardemos no puede ser húmedo, ya que la humedad y el agua colada podría terminar creando corrosión y oxidación, en especial en las partes metálicas como el cuadro o el marco de la bicicleta.
En el momento que decidimos utilizar la bici una de las partes que más se ve afectada es la zona de las cadenas, así como la de los platos. Por ello, volviendo a uno de los primeros consejos será muy importante realizar el laborioso trabajo de limpieza de barro, agua o todo tipo de cosas que se han adherido a la bici en su uso para que una vez seca podamos lubricarla bien.
Otra de las partes más importantes es el freno de la bicicleta y como todas las partes necesitan de un cuidado extra. En este caso nos tendremos que centrar en los cables de freno que suelen endurecerse lo que provoca que cuando estemos subidos no hagan su función de frenar como es debido. Antes de que salgamos tendremos que comprobar que están bien para evitar sustos. Además de los frenos antes de utilizar la bicicleta tendremos que comprobar la presión de las llantas. Esta tiene que ser capaz de aguantar al ciclista que va encima y de amoldarse a cualquier terreno.
En definitiva, una bici necesita de un mantenimiento continuo para evitar sustos, para que nos dure más tiempo en buenas condiciones y para poder disfrutar de unas buenas salidas, de la naturaleza y de la propia bicicleta.