Los tatuajes, empujados por el imparable fenómeno de las redes sociales, viven su edad de oro. Lo que hace 25 años era un oficio minoritario y un gesto extravagante, decorar la piel con un dibujo, una rareza abonada a subsistir en entornos alternativos, ha pegado un salto sin precedentes. Moda o cultura, el tiempo lo dirá, el mundillo del tatuaje se ha expandido como la pólvora, también en el ‘mainstream’. Si tienes pensado hacerte uno -¡nunca es tarde!-, ten en cuenta una serie de detalles y consejos que pueden ahorrarte más de un disgusto:

TATUAJES CASEROS: MÁS BARATOS, TAMBIÉN MÁS PELIGROSOS

Puede que quieras probar por tu cuenta y riesgo. En caso de que alguien de tu entorno (o tú mismo) se anime a una perforación amateur viendo un vídeo de YouTube, deberías saber que los riesgos se multiplican. Los tatuajes caseros con los que se utiliza una aguja de costura estándar corren el riesgo de terminar mal muy fácilmente. Si la aguja está contaminada es muy probable que la piel acabe infectándose. Puede causar una hinchazón y el experimento se terminará complicando bastante más extendiéndose a otras partes del cuerpo. Mejor no correr riesgos.

tumbando prejuicios: mujeres y adultas

Una encuesta realizada en 2018 por la agencia alemana ‘Dalia Research’ arrojó dos sorprendentes conclusiones. La primera, que los jóvenes no son los más propensos a tatuarse. La franja de edad más habitual es la de 30-49 años (45%), seguida de los adolescentes y veinteañeros (32%) y pisando los talones, con un 28%, estaría la gente de más de 50 años. Además, en contra de la creencia popular, las mujeres ganan por mayoría.

piénsatelo dos veces

El mismo estudio muestra un significativo volumen de casos de arrepentimiento. Entre toda la gente que al menos tiene un tatuaje, un 28% afirma que se dejaron llevar por la euforia y que no volverían a dejarse esa marca permanente en la piel. En Italia este grupo de arrepentidos supone el 15% del total, mientras que en Suecia, donde el tatuaje hace furor, la cifra se dispara hasta el 38%. Existe la opción de tapárselo tatuándose otro -’cover up’-. Hay que estar completamente convencido de dar un paso así. Y una vez que lo tenemos claro tocaría pensar en el tamaño, el dibujo, la parte del cuerpo…

mejor en invierno

Los tatuadores profesionales trabajan intensamente durante los meses de verano, ya que es cuando la piel está más visible y la gente tiene la oportunidad de lucir sus tatuajes. Sin embargo, los dermatólogos suelen recomendar otras estaciones del año con una menor exposición solar para evitar así la aparición de manchas o pequeñas infecciones. Los cuidados deben extremarse evitando el sol, la playa y la piscina en 10-15 días. Vale tanto para dibujos pequeños como grandes y se deberá llevar un papel film durante varias horas.

prevenir y no curar

Aseguran que algunos colores -el rojo, verde y azul principalmente- pueden dar más problemas y que los pigmentos más claros son más difíciles de eliminar con láser. No está de más hacerse una prueba de tinta antes. Hay quien tiene hipersensibilidad al metal. Tras la pequeña punción detrás de la oreja, en 24 horas se sabrá si la tinta ha producido algún tipo de reacción alérgica. ¡Ah! Cuando las agujas penetran en la piel -entre 80 y 150 veces por segundo- pueden llegar a doler. ¿Mucho? ¿Poco? Depende del umbral del dolor de cada persona.

elige. y elige bien

Lo dicho: la subcultura del ‘tattoo’ ya no es cosa de rockeros, motoristas y presidiarios. Hay barrios en los que casi en cada esquina encuentras un estudio para poder tatuarte. Hay artistas por todas partes. Y de todo tipo. La gama de estilos es amplísima: desde el tatuaje ‘blackwork’ -solo con tinta negra-, al ‘oldschool’ -el tradicional americano-, dibujos puntillistas, ‘black and grey’, con efecto acuarela, realistas, neojaponeses, góticos, los tribales que definieron los 90 y del que ahora muchos reniegan…