Boom, auge, resurrección, tendencia que ha venido para quedarse… En los últimos tiempos los cursos y talleres de cerámica han experimentado un claro repunte. Trabajar con las manos y pringarse de arcilla es una ocupación tan relajante como creativa. Engancha. Desestresa. Estimula.

La gasteiztarra Eguzkiñe Zerain es toda una eminencia en este viejo oficio. En su cuenta de Instagram, que tiene más de 6.000 seguidores, sube sugerentes fotografías del trabajo que realiza en su taller de Teguise, Lanzarote. Se mudó hace 20 años a la isla volcánica y en 2013 abrió un taller en su propia casa que recibe la visita de turistas y curiosos atraídos por sus magnéticas piezas de cerámica. Aunque el paralelismo estético con Lanzarote es evidente en su obra, en la página web de la artista vasca se dan más detalles sobre el proceso de trabajo: “Es principalmente intuitivo y manual. Cada pieza está hecha a medida. Son orgánicas, con carácter, como si emergieran de la naturaleza con un propósito determinado”, ya sean en su caso tazas, fuentes y otras coquetas vajillas artesanales. “Como ocurre con la naturaleza, su belleza radica en su imperfección”, describen.

Arqueóloga de formación, Zerain continua con la tradición canaria a la que le imprime un toque moderno y contemporáneo gracias a los distintos materiales con los que trabaja, desde la porcelana al barro refractario. “Me gusta tener esa diversidad y no dejar de investigar, continuar explorando nuevas formas y acabados”, aseguró en una entrevista la pasada primavera.

aterrizaje en hollywood

La fiebre de la cerámica también parece haber impactado con fuerza en la cúspide de Hollywood. Hace dos años el periódico inglés ‘The Sun’ sorprendió con una información en la que revelaba la afición compartida por el barro de Brad Pitt y Leonardo Di Caprio. Ambos habrían estrechado sus lazos durante el rodaje de ‘Érase una vez en… Hollywood’. Según esta fuente de la que se hicieron eco importantes medios, “Brad tiene su propio estudio de escultura en su casa y a Leo le encanta ir. A veces pasan el rato con los amigos artistas de Brad, pero otras veces están solo ellos dos”. Di Caprio solía llevarle “sándwiches de FatSal´s, su lugar favorito, y se ponían a hacer cerámica hasta el amanecer”.

Se alude asimismo al sonado divorcio con Angelina Jolie en 2017, periodo el que se inició en la artesanía de la mano de su amigo escultor Thomas Houseago. “Hago de todo”, dijo la superestrella a la revista GQ. “Trabajo con arcilla, yeso, varilla, madera. Trato de aprender sobre los materiales. Me sorprendo a mí mismo. Es una ocupación muy, muy solitaria. Tiene mucho trabajo manual, lo cual es bueno para mí en este momento”.

Tal y como se intuye de sus palabras, la cerámica y la artesanía en general se asocian a un estilo de vida saludable y relajante. La alfarería, sostienen algunos, es el yoga del siglo XXI, el camino con el que se alcanza la paz mental después de haberse manchado las manos de barro. La australiana Lara Zilibowitz, una conocida artista multidisciplinar que parte del yoga, resume la fusión de ambos mundos de manera poética: “Trabajar con arcilla es una práctica de meditación profunda en sí misma. Me conecta con la naturaleza de una forma muy material. Desde una perspectiva macro, la arcilla o el barro son la piel de la tierra. Pero también me conecta con mi cuerpo. Es, literalmente, una conexión con la tierra que me enseña a ser fuerte y firme y, al mismo tiempo, suave y receptiva”.

influencia de las redes sociales

Ocurre una paradoja: aunque muchos huyen de lo digital para sumergirse en las tareas manuales de materiales ancestrales, las redes sociales han servido de trampolín en el sector. Los ceramistas difícilmente podrían hacerse un hueco sin tener una ventana abierta en Internet, lo que les permite conectar con distintos rincones del mundo. En el caso de Eguzkiñe Zerain, una parte importante de sus piezas se envían a Europa (Alemania, Francia, Italia).