El coro como expresión musical o teatral nació como la gran mayoría de artes que existen en la actualidad en la antigua Grecia. En un principio, estas representaciones se hicieron fuera de grandes teatros y consistían simplemente en la agrupación de una número indeterminado de personas que al unísono cantaban una canción. Esas letras no tenían porque decir nada o sí, ya que muchas veces este tipo de técnica artística se utilizaban para explicar sucesos, acontecimientos o relatar historias que habían pasado recientemente o mucho tiempo atrás.

Por otro lado, con el paso del tiempo este tipo de arte llamado coro -viene del griego ronda- se empezó a extender por la antigua Roma con mucho éxito y lo mismo sucedió en el antiguo Egipto. Sin duda, Grecia una vez más se erigió como el creador de un arte más que ha ido evolucionando con los años en base a quién tenía el poder.

En su origen en la antigua Grecia los coros no tenían que ser exclusivos para ningún sexo y mucho menos para una determinada edad. Por ello, se podía ver, o al menos así ha trascendido hasta nuestros días, a mujeres y hombres cantando al unísono o incluso a niños y niñas cantando solos o con los adultos. En este sentido, las mezclas otorgaban a las interpretaciones un mayor registro vocal, ya que las voces adultas, mucho más desarrolladas, no son iguales que las de los más jóvenes, que están en formación.

Uno de los temas principales que trataban era el adoramiento casi total a las deidades -los dioses- del momento. Aunque como hemos dicho anteriormente los coros o el canto en sí no era un coto restringido al adoramiento de los seres superiores, ya que también se utilizaban para contar historias de una forma diferente a la que era habitual.

desde el antiguo egipto hasta hoy

Haciendo un gran salto temporal desde la antigua Grecia haremos un breve parón en el antiguo Egipto antes de hablar de la evolución del coro desde la Edad Media hasta la actualidad. Los egipcios tenían la curiosidad de que consideraban la música como una jerarquía inmediata al faraón -el rey de aquella época-. De esta manera, el cantante principal del coro se le consideraba pariente del rey.

Además, cabe destacar que en casi todas estas civilizaciones solo se permitía cantar a los hombres, aunque en Mesopotamia -es el nombre por el cual se conoce a la zona del Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, si bien se extiende a las zonas fértiles contiguas a la franja entre ambos ríos, y que coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak y la zona limítrofe del nordeste de Siria- se organizaban coros de mujeres cuando ellas recibían a los hombres que regresaban victoriosos de la guerra.

Si hacemos un nuevo salto temporal llegamos a la Edad Media para destacar que el coro en esta época estuvo ligado a las funciones litúrgicas -para la Iglesia católica, la liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Cristo que es realizado por los bautizados por medio de los sacramentos-. De esta manera se fueron creando coros que estaban formados por hombres excepto en los monasterios femeninos que eran todo mujeres. En esta época se inventa una notación musical -un sistema de escritura utilizado para representar gráficamente una pieza musical, permitiendo a un intérprete que la ejecute de la manera deseada por el compositor- que llega hasta nuestros días.

Posteriormente en el siglo X surgió la polifonía -es un tipo de textura musical en la que suenan simultáneamente múltiples voces melódicas que son en gran medida independientes o imitativas entre sí, de importancia similar y ritmos diversos.- que dio pie a que se pudieran crear diferentes agrupaciones musicales. Con el tiempo, en los siglos XIV y XV, se toma la decisión de introducir a los niños en los coros y entre los siglos XVII y XVIII los coros se empiezan a ordenar por tonalidades vocales, así como se incrementa el número de participantes en los coros. En esta época aparecen Vivaldi, Mozart, o Bach, entre otros grandes artistas.

Por último, en lo que a su evolución histórica se refiere, añadiremos que en el siglo XIX se llegan a hacer coros de hasta 800 personas y empieza a entenderse el coro como un medio de solidaridad, así como una formación de la persona. Este punto se mantiene durante el siglo XX hasta hoy.

clasificación de voces

Los coros en la actualidad, y desde hace varios siglos, están compuestos por diferentes tipos de voces que al unísono pueden llegar a formar auténticas obras de arte. Algunas de esas voces son más graves, mientras que otras son más agudas. La primera de la que hablaremos será del soprano y es un tipo de voz en la que podemos encontrar a mujeres y a niños, ya que es una voz muy aguda. En segundo lugar encontramos a los mezzosoprano, que son voces medias de mujeres y hombres y están en el medio de los sopranos, que siguen la melodía principal, y los contraltos, que es la voz grave de mujer y que es difícil de encontrar.

Otra de las voces que podemos encontrar es la del contratenor, que es la voz más aguda de los hombres y la del tenor que es aguda también y aparece cuando no hay contratenor. Por otro lado, encontramos al barítono, la voz masculina entre el bajo y el tenor que en el servicio coral se sitúa en la cuerda de bajos, y al bajo, que es la voz más grave.

Por último, indicaremos que los coros siempre se componen habitualmente de cuatro cuerdas o tonalidades vocales. Por ello, es normal que en una actuación encontremos cantando al unísono a sopranos, contraltos, tenores y bajos.

claustrum armonicum de vitoria

Los padres de Jon Idiakez, protagonista del número de IN de hoy junto a su familia, cantan en el Claustrum Armonicum de Vitoria desde hace muchos años. El joven piloto de motocross ha heredado de sus padres esta pasión por la música pero, al contrario de su hermano Aitor, no ha conseguido tener las habilidades suficientes para poder cantar. Su hermano, en cambio, sí lo ha hecho y en la actualidad está estudiando artes escénicas en Bilbao y ya ha participado en alguna que otra Zarzuela.

Volviendo a sus padres y concretamente al lugar donde cantan, el Claustrum Armonicum, podemos decir que es un coro que se creó en el año 2000 a partir de un proyecto de Esther Unceta-Barrenechea y José Ignacio Pérez. En los inicios fue un cuarteto vocal y pronto evolucionó a un grupo de cámara -es un grupo reducido de ejecutantes que puede estar compuesto por voces iguales, esto es, compuestos solamente por voces masculinas o femeninas, o bien por voces mixtas, es decir, por voces femeninas y masculinas-.

Este coro vitoriano es completamente amateur y todo los que participan en él tienen el mismo denominador común, que no es otro que la pasión por la música. Tal y como indican ellos mismos tratan de conseguir prestar atención a la polifónica religiosa, sin abandonar el repertorio profano tradicional, recuperar partituras no habituales en el repertorio tradicional y quieren conseguir trabajar en proyectos originales y totalmente estimulantes.