Estamos en Bilbao, preparados para conocer a los argentinos Adrián Stratta y Marcelo Misson. Se conocieron hace trece años en Buenos Aires, después de que Adrián, actor y originario de la provincia de Córdoba, se trasladara a la capital porteña con 17 años. Se casaron en 2019, rodeados de todos sus amigos, con la convicción de defender los derechos del colectivo LGTBI. "Esta unión formal no nos ha cambiado nada en lo personal, aunque a nivel legal ya podemos decir que somos una familia", aseguran.

Llegaron a Bilbao hace nueve meses, si bien su primer destino en mente era México. A Stratta le salió trabajo en DF en una serie, y Misson, consciente de la oportunidad que suponía en su carrera, decidió seguirle en esta aventura, y trabajar de forma remota en su empresa de marketing y publicidad.

Finalmente, la pandemia canceló sus planes y tuvieron que pasar todo el confinamiento en un cuarto en casa de los padres de Marce. Sin embargo, todo lo ocurrido no fue más que una nueva aventura que les ha llevado a Bilbao de la mano de Adrián, que ha venido a estudiar Interpretacion en una escuela de cine de la ciudad. Adrián Stratta y Marcelo Misson nos abren las puertas de su casa en La Ribera, a orillas de la ría, para contarnos, entre otras cosas, cómo está siendo su proceso de adaptación, cuáles son sus proyectos a corto y largo plazo, así como qué diferencias han encontrado entre el carácter de los vascos y los argentinos.

A principios de año os trasladasteis a Bilbao desde Buenos Aires, en plena pandemia, ¿por qué decidisteis dar este paso?

-Marcelo Misson: Sí. Nos hemos venido aquí los dos solos. Yo nunca había salido de Argentina y éste ha sido mi primer viaje, a miles de kilómetros.

-Adrián Stratta: En realidad nos íbamos a trasladar a México, pero tuvimos que cambiar los planes.

-Marcelo: Fue todo muy intenso (ríen).

¿Y eso?

-Adrián: Justo diez días antes de que se declarase el confinamiento allá en Argentina, el 20 de marzo de 2020, acabábamos de dejar nuestro piso de alquiler en Buenos Aires, donde habíamos estado viviendo los últimos diez años, y nos habíamos trasladado con nuestras maletas a casa de mis suegros, los padres de Marce, porque en unos días nos íbamos a México DF. Me habían ofrecido un trabajo como actor para una serie y nos íbamos allí a disfrutar de la experiencia. Iba ser algo de dos semanas, hasta que tomásemos el vuelo, pero claro, se suspendió todo, tanto el vuelo como la serie, y al final no pudo ser.

¿Sois de hacer este tipo de aventuras?

-Adrián: Sí, bueno... nos pareció una gran oportunidad, ya que hay que tener en cuenta que en la profesión de actor los trabajos suelen ser muy esporádicos. Aparece algo de repente y son oportunidades que debes tomar rápidamente.

-Marcelo: Además tengo la suerte de trabajar de manera remota en una agencia de marketing y publicidad, así que puedo trabajar allá donde esté, sin necesidad de tener que quedarme fijo en un lugar.

-Adrián: Hace 13 años que Marcelo y yo estamos juntos, dos de casados. En todo este tiempo, hemos vivido nuestras carreras bastante a la par, entonces él sabe que son oportunidades que no suceden todo el tiempo. Y con esa oferta sobre la mesa creímos que era una buena oportunidad y que teníamos una linda edad para hacerlo, no tenemos hijos y, bueno, no tenemos responsabilidades.

¿Fue un golpe duro la cancelación de la serie?

-Adrián: Sí, pero bueno, todo lo que tiene el cine es que dependes mucho del momento y de qué pasa con la vida en sí. Lo que pasó con la pandemia ha cambiado las reglas de una manera muy abrupta. Ahora no se pueden hacer grandes proyecciones o, mejor dicho, no se pueden hacer proyecciones a largo plazo. Lo que sí puedes hacer es ir armando en el día a día lo que te lleva al siguiente nivel, o al menos esa es la manera que me funciona a mí para no vivir en un lugar ilusorio.

Volviendo a donde estábamos, al confinamiento, lo vivisteis entonces en Argentina, encerrados en un cuarto...

-Adrián: Así es. Lo que sucedió a nosotros es lo que nos pasó a todos. Al principio pensamos bueno, vamos a ver, son 15 días, y luego ya vamos a ver 15 días más cómo se dan. Así estuvimos un tiempo, porque en Argentina el confinamiento duró seis meses. Pensamos qué hacíamos ahí, dentro de un cuarto con las maletas, preparados para irnos, si ya no nos íbamos a ninguna parte...

-Marcelo: No podíamos volver a nuestro piso, porque ya lo habían alquilado, pero menos mal que encontramos otro piso gracias a un amigo, porque tampoco se podía alquilar en pandemia. Y nos fuimos para allí.

-Adrián: Una vez allí llegamos a un acuerdo para estar un mes...

-Marcelo: € pero nuestra estancia se alargó hasta diciembre.

¿Cómo vivisteis todos estos cambios?

-Adrián: Fue una situación dura, habíamos dejado muchas cosas atrás, incluida nuestra casa de los últimos diez años.

-Marcelo: Yo, por mi parte, había avanzado a nivel empresarial, pues estaba creando mi propia agencia de marketing y publicidad, pero estábamos en un punto sin saber qué hacer.

-Adrián: En mi caso había renunciado a otros trabajos por ir a México y me encontraba sin empleo, así que aproveché toda la pandemia para tomar clases de guión y también hice un curso de escritura cinematográfica. A raíz de eso terminé de escribir una película que había empezado a escribir hace muchos años y me postulé para algunos institutos de cine en México y en España. (Todo sobre la película de Adrián Stratta, un largometraje muy personal, aquí).

¿Y cómo terminastéis decantándoos por Euskadi?

-Adrián: Sabía que la industria en España estaba mutando mucho, se estaba descentralizando de Madrid y Barcelona y que en el norte, concretamente acá en Euskadi, se estaban haciendo producciones más grandes. De hecho conseguí plaza en una escuela de Madrid y otra aquí, en la Escuela de Creación Cinematográfica de Bilbao (ECCBI), donde estoy estudiando ahora interpretación.

¿Os está costando adaptaros al clima y las costumbres de aquí?

-Marcelo: Al principio costó un poco, pero ahora ya lo llevamos bien. Está siendo una experiencia muy linda y para nosotros es un cambio de vida radical. Yo siempre he vivido en Buenos Aires, que es una ciudad muy caótica, y aquí lo que más me chocó es que es todo muy tranquilo.

-Adrián: Estábamos un poco agotados de Buenos Aires, debido a la cuestión político-social, porque hay un clima feo y tenso y yo ya había visitado Bilbao, en 2016. Es una ciudad que me enamoró y aposté por ella.

¿Qué habéis podido conocer de aquí?

-Marcelo: Hemos caminado por todo Bilbao. También hemos ido a San Juan de Gaztelugatxe y a Bakio. Aprovechamos para conocer Donosti y...

-Adrián: No hemos estado aún en Álava.

-Marcelo: Hemos ido al Bolintxu.

-Adrián: Y a Zierbena al fuerte de Punta Lucero, estoy enamorado de ese lugar. Y hemos ido a La salvaje de Sopelana y a la playa de Plentzia algún día este verano. (Los lugares favoritos de Euskadi de Adrián Stratta y Marcelo Misson aquí).

¿Qué es lo que más os ha llamado la atención?

-Marcelo: Hay mucho contraste con Buenos Aires. Aquí ves a mucha gente en los bares o en las terrazas tomando algo y eso allí no se ve. Son todos muy amables. Y hay una cosa que me llama mucho la atención. No puedo entender cómo cuando llueve, la gente sale de su casa, como si nada. Pregunté y me dijeron que si no saliesen cuando llueve nunca saldríais y me pareció lógico (ríe).

-Adrián: Lo que más me sorprendió fue su carácter. Aquí son muy cortantes, de pocos besos y de no tocarse. Cuando allí se te presenta alguien lo normal son dos besos y un abrazo, pero aquí se nota que hay una barrera. Eso nos costó un poco.

Bueno, es verdad que somos poco efusivos, pero tenéis que tener en cuenta que en plena pandemia esa barrera es aún mayor, no habéis venido en el mejor momento (risas).

-Ambos: (Risas) Claro, ¡es verdad!

¿Es difícil vivir con un actor?

-Marcelo: Bueno, hace muchos años que estamos juntos y estoy acostumbrado. Al principio era todo muy nuevo pero ahora ya sé cómo funciona su mundo y él me complementa muy bien porque es más lanzado que yo.

¿Te gusta verlo actuar?

-Marcelo: Sí, me encanta.

¿Cuál es tu personaje favorito de todos los que ha hecho hasta ahora?

-Marcelo: Lo que más me gusta es verle en teatro y para mí su mejor personaje es Bernardo, un superhéroe jubilado (risas).

-Adrián: Cuando me llega un guion le digo a Marce: "no sé cómo saldrá esto", y lo leemos juntos. Me gusta compartir todo con él, ya que tiene otra visión.

-Marcelo: Su visión es más artística y la mía es más práctica, analizo si puede funcionar o no.

Pero hacéis tan buena pareja que incluso os habéis subido juntos al escenario.

-Adrián: Sí. Fue con 'Resurge', un proyecto muy lindo, que fusiona el teatro con la danza, que escribí, dirigí, produje, interpreté y musicalicé. Era la primera vez que dirigía en teatro y Marce estaba conmigo, como asistente de producción y como actor.

-Marcelo: Hicimos cuatro temporadas de 2012 a 2015.

-Adrián: ¡Fue una experiencia total!

¿Cómo recordáis vuestra boda?

-Marcelo: Se lo propuse yo después de diez años juntos. En realidad nunca pensamos casarnos y ya llevábamos siete años de convivencia, así que pensamos que no iba a cambiar nada€

-Adrián: Pero cambió.

¿Cómo?

-Marcelo: Los meses previos a la boda parecíamos novios recién iniciados, ¡nos revitalizamos! Nos daba un poco de miedo porque después de diez años hay parejas que se casan y se separan justo después, pero nosotros lo hemos superado (risas).

-Adrián: Nosotros militamos mucho porque nos pudiéramos casar. Conocemos a muchos amigos que vivieron situaciones horribles por la legalidad. Llevaban juntos miles de años y no les consideraban familia. En nuestro caso personal, haciendo historia, surgió una oportunidad de ir a Australia antes de ir a México. En ese momento empezamos a contemplar cómo era nuestra legalidad y en consecuencia qué queríamos hacer. Preguntas tales como si proyectábamos tener hijos o qué cosas. Para mí la boda fue algo lindo, ya que es un paso grande e importante frente a tu familia y amigos y tiene el aval legal de ser familia.

-Marcelo: Como anécdota he de contar que cuando nos casamos él acababa de hacer un personaje en la tele como empresario en la serie de 'Las estrellas' y justo, al mandar la invitación de la boda por WhatsApp a mis conocidos, algunos me decían que le conocían de la tele. Fue rarísimo (risas).

No lleváis anillo...

-Adrián: En realidad no, porque nos costó mucho (ríe).

-Marcelo: Hay miedo a perderlo y nos lo quitamos..

-Adrián: En realidad es que me pasa muchas veces en los rodajes que olvido que lo tengo y salgo con un anillo que no tiene nada que ver con el personaje. Había una obra que hacía en Buenos Aires en la que los actores empezábamos andando entre el público y muchas veces Marce, que estaba como espectador, me agarraba la mano para quitármelo porque se me había olvidado (ríen).

¿Qué viaje os gustaría hacer?

-Adrián: A mí sin duda ir a Grecia porque es la cuna del teatro. Quiero estar en el Partenón, en Antenas. (Descubre Grecia y cuáles son los teatros antiguos que hoy en día se pueden visitar aquí).

-Marcelo: A mí me gustaría ir a París y después hacerme todas las capitales de Europa.

-Adrián: Roma también queremos hacer juntos.

-Marcelo: Y a Barcelona, donde ya tenemos conocidos, también queremos ir.

¿Os gusta cocinar?

-Adrián: Mi mayor hobby es cocinar y probar cosas nuevas. Mi abuela cocinaba mucho y mi hermana, que estuvo viviendo con ella, me enseñó, aunque reconozco que soy muy 'primate' cocinando y no me gusta pesar los ingredientes. Ella es chef y con ella montamos un restaurante, 'Casa 12', en el que hemos trabajado los últimos cuatros años Marce, mi hermana y yo. Hacíamos cursos de cocina argentina y tenían mucho éxito. (Todo sobre el hobby de Adrián Stratta aquí).

¿Apreciáis similitud con la comida de aquí?

-Adrián: Somos amantes de la comida y nos gusta mucho la gastronomía de allí pero creemos que no difiere mucho de la de Euskadi. Es diferente en cuanto a que allí no existe la cultura de los pintxos, que nos encanta, pero la influencia española e italiana es muy grande en Argentina.

-Marcelo: A mí me encanta la tortilla de patatas, era fan allí y aquí todavía más.

¿Cuál es vuestro plato estrella?

-Adrián: Las empanadas argentinas rellenas de carne. Hay muchas formas de hacerlas, pero seguimos una receta muy tradicional. (Aprende a hacer la empaanada argentina original aquí).

-Marcelo: Tiene que ser frita, eso sí.

-Adrián: Sí, es la bendición de la empanada, aunque en casa las hacemos al horno por cuestión de salud (risas).

-Adrián: Aquí nos enoja no encontrar la base de la empanada como la nuestra, hay unas pero son demasiado finas y se rompen.

¿Y de postre?

-Adrián: La chocotorta, sin duda.

-Marcelo: Es mi postre favorito.

-Adrián: Es experto y le sale bárbaro...

-Marcelo: Nos gusta tanto que en nuestra boda tuvimos una chocotorta enorme de varios pisos en vez de la típica tarta (risas). (La chocotorta, un postre argentino fácil de hacer y muy sabroso aquí).

¿Os cuidáis?

-Adrián: Hoy en día somos muy relajados. Trato de cuidarme porque trabajo con mi cuerpo y me gusta sentirme bien. Cada día camino una hora y cuarto y me gusta hacer yoga. He tenido que adelgazar en algunos papeles y en otros me han pedido tener más panza, así que está 'rebueno' engordar para un personaje (risas).

-Marcelo: Tengo que cuidarme mucho del dulce y de comer frituras. Adrián es más de salado y tiene que tener cuidado con las harinas.

-Adrián: Me vuelve loco el helado de dulce de leche.

¿Os gusta hacer deporte?

-Adrián: Yo soy nulo para los deportes, pero Marce ha hecho mucho taekwondo.

-Marcelo: Desde los 8 hasta los 20 años. En realidad, empecé fue porque me llevaron mis padres, y llegué a ser tercer DAN, cinturón negro. Después, de adolescente, di clases para sacarme algo de dinero. No me gustan las actividades en grupo y me decanté por este arte marcial. (El taekwondo, un deporte nacido en Corea del Sur, aquí).

¿Cuál es vuestra película favorita?

-Adrián: Mi género favorito es el thriller psicológico y recomiendo 'El cisne negro'. De intérpretes Kate Winslet es mi actriz favorita y todo lo que hace lo veo. También me gusta investigar en Netflix y me veo series alemanas, húngaras, danesas€ cosas no tan populares. Recientemente he visto la película de 'Druk' y me ha gustado mucho.

-Marcelo: 'El diablo viste de Prada' es una película que yo podría ver millones de veces porque me hace no pensar en nada.

-Adrián: Ahora sale la segunda temporada de 'Valeria'. Es muy cursi, lo sé, pero me identifico con todas ellas (risas). En cuanto a cine español me gusta mucho Almodóvar. Es un director que respeto mucho, lo adoro y lo enaltecí de chiquito. Me enamoré de su estilo, de la impronta de sus diálogos, de sus delirios... Me pareció revolucionario en su momento. Recuerdo que había un canal, que se llamaba Space, que era el único que pasaba las películas de Almodóvar los viernes por la noche, pero mis padres me mandaban pronto a la cama. Entonces yo descubrí que repetían la película a la 1 de la mañana así que me levantaba después, cuando ya estaban dormidos, para verla (risas). (Repasa la carrera del director de cine Pedro Amodóvar aquí ahora que está a punto de estrenar 'Madres paralelas').

¿Cuándo empezaste a actuar?

-Adrián: Empecé con nueve años en Córdoba, y luego, cuando me fui a Buenos Aires, con diecisiete, empecé a hacer teatro, televisión y cine. En televisión lo último que he hecho ha sido para Fox Latinoamérica, en una serie que se llamaba 'El host'. Mi papel es chiquitito, el de un huésped que está apurado por que le den una habitación. (Conoce la trayectoria del actor argentino Adrián Stratta aquí).

¿Y por qué has decidido formarte ahora?

-Adrián: Antes de nada yo me siento actor, pero toda mi experiencia ha sido fruto de que me han ido llamando, es decir, nunca me había formado ni como actor, ni como director cuando empecé a dirigir algunos capítulos de una webserie o realizar alguna asistencia en algún cortometraje. Y ahora, que quiero rodar mi primera película, quiero estar integrado en todas las áreas, porque quiero sentirme parte del primer largometraje que voy a dirigir. Por eso buscaba una escuela de este tipo, para recibir una formación integral. Cuando termine los dos años de interpretación me gustaría hacer uno más de dirección.

Entonces, ¿estás contento con tus estudios?

-Adrián: Sin duda. Gracias a la escuela he conocido a un compañero de interpretación también, que ha trabajado en 'Goa!zen' y en producciones grandes de Netflix, que se llama Nikola Zalduegi. Producto de las clases, nos pusimos un día a hablar sobre qué queríamos hacer y hemos creado una pequeña productora independiente, Supituki Films, junto con Ane Beaskoetxea, que estudia guión. Al final, si no estás en un entorno que te facilite eso, son experiencias que no tenés. Llegué en diciembre y en febrero ya estaba grabando mi primer cortometraje como director. Este curso hemos grabado tres cortometrajes y ahora en septiembre tenemos un festival de cortometrajes. No dejamos de aprender. Es una escuela muy humana, donde se apoya mucho lo que uno quiere hacer. Como alumno te ofrecen los materiales y las localizaciones, todo lo que ellos saben nos lo transmiten y además te brindan oportunidades y eso es algo muy difícil de conseguir en esta industria, la nuestra, que es muy dura.

¿Cuál es el papel más raro que te ha tocado hacer?

-Adrián: Me suelen ofrecer papeles cómicos y he hecho mucha comedia, pero de repente, al entrar en la escuela, estoy tocando todos los géneros y ahora he hecho un personaje que comía humanos y para mí ha sido muy fuerte. Cuando me llegó el guión se me hacía un poco surrealista. ¿Un caníbal? ¿Cómo? Ya lo hizo Anthony Hopkins... Pero cuando empecé a leer el guión y vi el trasfondo que el director quería darle empecé a encontrar una veta en el personaje para componerlo. Me gustan los papeles que me desafíen y vivimos en una industria donde se nos encasilla mucho, así que muchas veces te llega a aburrir repetir los personajes. Quiero personajes que me enseñen a pensar de otra manera y quiero entrar en lugares no cotidianos, ya que ahí es donde más creativo te tenés que poner.

¿Y si tuvieras que dar un consejo a alguien que está empezando?

-Adrián: Pues le explicaría que puedes tener para grabar diez escenas, pero luego en montaje puede que quede sólo una. Esto es algo que aprendí una vez ya en la industria y es muy habitual. La primera vez que conseguí un papel en televisión fue en una serie de tira diaria que se llamaba 'Quiero vivir a tu lado'. Tenía dos escenas y estaba súper feliz, pues era un logro enorme para mí, ya que en Argentina, para una persona que no tiene representante, manager o agencia, el camino es mucho más difícil. Así que en ese momento avisé a toda mi familia, a todos los amigos y a todo el pueblo, vaya. Y literalmente, de las dos escenas, dejaron sólo una línea de texto, que encima decía en 'off'. Es decir, no se me veía, sólo se me oía y no dejó de sonar el teléfono para preguntarme dónde salía que no me habían visto (risas).

¿Te suele gustar verte después para analizar el resultado?

-Adrián: No. Y diría más. ¡Detesto verme! ¡La paso pésimo! Sí que es verdad que el trabajo de mirarse está bueno porque aprendés un poco más de algunas cosas, pero me cuesta mucho hacerlo.

Cuando estoy actuando estoy componiendo un personaje y no soy yo realmente. A veces me tocan personajes que están muy lejos de mí. Cuando voy a trabajar trato de escuchar al director, entender el personaje, ejecutarlo y luego que los que quieran ver que vean y que critiquen. Yo sé que cuando hago esto me estoy exponiendo y que llega un momento que es de los otros.

Como todo actor, te ganas la vida como puedes, ¿no?

-Adrián: Así es. He trabajado de cosas muy ajenas. He hecho mucho call-center, de camarero€ e incluso trabajé mucho tiempo armando cajas. Asentado en recursos humanos, llegó un momento en el que descuidé mucho mi verdadera profesión. Trabajaba trece horas al día y ganaba bien, pero no podía trabajar de actor ni hacer publicidad.

¿Y nunca has pensado en tirar la toalla?

-Adrián: No. Nunca he caído en querer dejar la profesión, todo lo contrario. Siempre he asumido las dificultades. Tengo una profesión injusta, poco grata. Somos muchos y pocos personajes, pero lo bueno es que en estos últimos años, lo que sí ha cambiado es que el 'streaming' te permite hacer lo que quieras. Antes dependías más de que te llamaran, pero ahora si quieres hacerlo lo haces, lo grabas y lo subes. Así hicimos con la web serie 'Los cerdos'. Ya no tienes la excusa de que no te llaman.

¿Qué nos puedes adelantar de la película que vas a hacer?

-Adrián: Trato temas de abusos sexuales infantiles y es autorreferencial. Sufrí abusos sexuales desde los cuatro hasta los seis años en reiteradas ocasiones por parte de cuatro hombres. Emocional y psicológicamente hice una negación de lo que me había pasado durante mi infancia, pero lo asimilé con 21 años, cuando ya estaba en Buenos Aires.

Es necesario hablar de estos temas y hacer ver que es algo que existe. Hay mucha gente que ha pasado por circunstancias similares pero siente miedo o vergüenza de contarlo y una forma de sacarlo es hablarlo.

¿Cómo ha vivido Marcelo este proceso?

-Adrián: Con la película el proceso de recordar ciertos puntos fue duro, no solo para mí, si no para él también. A él le costó el hecho de conocer más detalles y para mí recordar ciertas cosas fue difícil. Él tenía 20 años y yo yo 24 cuando nos conocimos y estaba todo muy reciente. Yo aún estaba aprendiendo a vivir con ello y poco a poco fui ordenando todo de una manera muy sana. Siempre he preferido hablarlo, y al hacerlo, alguien me venía contando su experiencia. Sentí que si lo hablaba ayudaba a otras personas. No es comparable, pero es como cuando alguien viene de una guerra. A mí me ayudó mucho la contención de mi pareja y todo lo que sabe escucharme.