La historia, la religión y el misterio son los tres ingredientes con los que Jesús Valero ha cocinado a fuego lento 'La luz invisible', el pistoletazo de salida de su trilogía. Los mismos mimbres con los que el gran filósofo y escritor italiano Umberto Eco escribía en 1980 una de las obras cumbre del género, 'El nombre de la rosa'. "Es muy emocionante y gratificante que me comparen con Umberto Eco, pero no me atrevo a compararme con él, ni mucho menos", señala Valero. Lo cierto es que 'La luz invisible', destaca, refleja el ambiente opresivo de los scriptorium, aquellas habitaciones de los monasterios de la Europa medieval que se utilizaban para la copia de manuscritos por parte de los monjes.
Ambientada en el efervescente ambiente religioso del siglo XIV, concretamente en el año 1327.este thriller histórico cuenta la investigación que realizan Fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk alrededor de una misteriosa ola de crímenes que ocurren en una abadía situada en el norte de Italia. En realidad, el escritor italiano se inspiró en Sacra di San Michele, una abadía benedictina repleta de leyendas.
Con esta obra, convertida en referente de la literatura contemporánea y en todo un bestseller, Eco ganó diversos premios, entrando en la lista 'Editors' Choice' de 1983 elaborada por The New York Times. Su gran popularidad animó al realizador francés Jean Jacques Annaud a trasladar este thriller a la gran pantalla en 1986, con Sean Connery interpretando al franciscano Guillermo de Baskerville y con Christian Slater encarnando a su discípulo, Adso.
Bajo el papado de Juan XXII, en 1327. en plena Edad Media, un monje franciscano llamado Guillermo de Baskerville, junto a su discípulo, el novicio benedictino Adso de Melk, llegan a una abadía benedictina de la Italia septentrional, famosa por su impresionante biblioteca, la cual tiene unas estrictas normas de acceso. El franciscano debe organizar allí una reunión entre los delegados del Papa y los líderes de la orden franciscana, en la que discutirán acerca de la supuesta herejía relacionada con la doctrina de la pobreza apostólica, promovida por una rama de la orden franciscana: los espirituales. Sin embargo, una serie de muertes impedirán celebrar este encuentro y, los monjes, a instancias del exbibliotecario consideran que ocurre lo descrito en el pasaje del Apocalipsis.
Por su parte, el monje y su discípulo intentarán resolver este misterio hasta descubrir que, en realidad, las muertes giran alrededor de un libro envenenado que se creía perdido: el segundo libro de la Poética de Aristóteles.
La llegada del inquisidor Bernardo Gui, enviado por el Papa, pondrá en marcha un proceso inquisitorial para Guillermo, cuyo método científico se enfrentará al fanatismo religioso que representa el antiguo bibliotecario.
En busca de la inspiración
A la hora de dotar de personalidad a Guillermo de Baskerville, Umberto Eco se inspiró principalmente en dos personajes. En el popular detective ficticio Sherlock Holmes y en el filósofo Guillermo de Ockham. Y el nombre que le dio a este fraile es la mezcla del nombre de Guillermo y de apellido Baskerville por el libro de Arthur Conan Doyle, 'El perro de los Baskerville', cuyo protagonista es Sherlock Holmes. Otros añaden también a este cóctel inspirador la figura de Roger Bacon, ya que tal y como cuenta el propio fraile en el libro, Bacon fue su mentor y además cita y hace referencia a él en numerosas ocasiones.
Hay que tener en cuenta que en sus investigaciones, Guillermo de Baskerville se apoya constantemente en un conocido principio que es básico en todas las novelas de Sherlock: "Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad." También son frecuentes en el desarrollo de su aventura las menciones a Guillermo de Ockham, que vivió en la época en la que se desarrolla la novela. En sus deducciones siempre está presente el conocido principio de 'La Navaja de Ockham', que defiende que ante varias opciones para resolver un mismo problema, la solución más simple será la correcta.
Otra de las referencias literarias que nos sirven para definir el estilo de Jesús Valero es 'La cena secreta', de Javier Sierra. "Ambas historias tienen un contexto de thriller histórico relacionado con la religión", tal y como reconoce nuestro anfitrión.
En esta historia, Fray Agustín Leyre, inquisidor dominico experto en la interpretación de mensajes cifrados, es enviado a toda prisa a Milán para supervisar los trazos finales que el maestro Leonardo Da Vinci está dando a 'La última cena'. La culpa la tiene una serie de cartas anónimas recibidas en la corte papal de Alejandro VI, en las que se denuncia que Da Vinci no sólo ha pintado a los doce apóstoles sin su halo de santidad, sino que el propio artista se ha retratado en la sagrada escena, dando la espalda a Jesucristo. El remitente de esta carta, al que en la Secretaría de Claves de los Estados Pontificios conocen como "el Agorero", conoce a la perfección lo que en realidad está ocurriendo en el convento de Santa Maria delle Grazie. Desesperado por la pasividad de Roma, decide tomarse la justicia por su cuenta y acabar con los cómplices herejes que sostienen la labor de Leonardo.
Javier Sierra (Teruel, 1971) es autor de diez obras, seis de ellas novelas de gran éxito internacional. Su bibliografía, compuesta por 'La cena secreta', 'La dama azul', 'El ángel perdido', 'El maestro del Prado' o 'La pirámide inmortal' se han publicado en más de cuarenta países.
Por último, se podría decir que también puede apreciarse un poso de Dan Brown en la obra de Jesús Valero. "Es con quien más me compara mi agente literario, aunque mientras que él escribe todo en presente y va hablando de cosas del pasado, yo, en cambio, me introduzco en el pasado para resolver un enigma, al estilo de un thriller histórico", detalla. Daniel James, conocido como Dan Brown' es un escritor estadounidense que saltó a la fama en 2003 por la novela 'El código Da Vinci'. Esta historia de misterio, junto a 'Ángeles y demonios', fue llevada al cine. El protagonista, el investigador Robert Langdon, fue encarnado por Tom Hanks.