Jokin Segovia: “La gente no sabe lo que se está metiendo”Alex Larretxi
La asociación gasteiztarra Ai Laket!!! trabaja desde finales de los años 90 por reducir los riesgos derivados de las drogas mediante el análisis y la información. Además de contar con un punto fijo en la calle Herrería 43, en la misma sede de la entidad, donde todos los viernes de 19.00 a 22.00 horas ofrecen un servicio anónimo y gratuito a los consumidores, suelen montar una carpa informativa en las fiestas de nuestros pueblos y ciudades con el objetivo de “dar pautas de reducción de riesgos y analizar sustancias”. Las recogidas de muestras también se dan en Donostia y Bilbao durante todo el año. El trajín es constante en estos días de verano. A Jokin Segovia Tena (34 años, Gasteiz), coordinador de proyectos de Ai Laket!!!, que en 2020 recibió el Premio Europeo a la Prevención de Drogas y en 2021 fue reconocido con el galardón Pompidu Prize por su programa de prevención Lonja Laket!!, se le acumulan las tareas durante el periodo estival: La Blanca, las fiestas del Puerto Viejo de Algorta, Andra Mari y San Roque en Gernika, las fiestas de San Bartolomé en Elgoibar... A todos estos sitios se ha desplazado una furgoneta de la asociación para, básicamente, perseguir tres objetivos: sensibilizar, prevenir y promover la reflexión sobre los motivos y objetivos del consumo de drogas.
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¿La gente sabe lo que se mete?
-En general, no. La principal razón es que las drogas ilegales se consiguen en el mercado negro, donde no existe ningún organismo que controle la calidad del producto. Por eso, no hay garantía de que lo que compras sea realmente lo que esperabas o buscabas. Hay muy pocos recursos que aseguren esa confianza, y desde la asociación intentamos superar esas limitaciones, ofreciendo un lugar donde la gente pueda acudir y recibir información con ciertas garantías.
¿En el día a día también? El consumo de sustancias se da todo el año.
-Por nuestra parte, y en la medida de nuestras posibilidades, intentamos ser lo más accesibles posible. El punto fijo que hay en nuestra sede se abre al público todos los viernes del año de siete de la tarde a diez de la noche. Además, en Donostia y en Bilbo también contamos con sendos puntos de recogida en los que la gente puede dejar las muestras.
¿Los vascos del siglo XXI se drogan mejor?
-No sé si mejor es la palabra más adecuada. Cada generación ha consumido drogas según la información disponible, los conocimientos y el contexto histórico de su época. Es difícil establecer una comparación así. Lo que sí tenemos ahora es más información sobre los efectos a medio y largo plazo del consumo, dosificación, mezclas, etc., algo que antes no existía. Pero tener más acceso a la información no siempre significa que esta sea buena o esté bien contrastada. Mucho de lo que se dice se basa en mitos o en el boca a boca.
Ahora existe más información sobre los efectos a medio y largo plazo del consumo, dosificación, mezclas...
"Un mito muy extendido es que la cocaína suele ser de mala calidad, cuando lo que estamos viendo es que su pureza media supera el 85%”
¿Internet se ha convertido en una especie de cajón de sastre?
-Deberíamos filtrar un poco la información y verificar, antes que nada, con qué nos estamos encontrando. No podemos validar ni dar por buena cualquier cosa sin comprobarla en más de una fuente.
Dígame alguno de esos mitos que están muy extendidos entre la ciudadanía.
-Un mito superextendido es que la cocaína suele ser de mala calidad, cuando en realidad lo que estamos viendo es que su pureza media supera el 85%.
La generación Z tiene fama de ser menos fiestera y más sana que las generaciones anteriores.
-En términos generales, sí hemos observado en los adolescentes una prevalencia de consumo de drogas más baja, por ejemplo, en el caso del cannabis, cuyo consumo ha descendido a niveles similares a los de 1998. No se veía una prevalencia así desde hace 30 años. Sin embargo, al mismo tiempo ha aumentado el consumo de otras sustancias, como los psicofármacos, que uno de cada cinco adolescentes vascos ha consumido alguna vez, de los cuales el 10% lo ha hecho sin receta; y el consumo de esteroides anabólicos ha aumentado un 57% en los últimos 5 años. Este tipo de drogas están un poco fuera de nuestro ámbito de trabajo, pero es cierto que ha habido un cambio de tendencia, seguramente muy influenciada por las redes sociales y los influencers del mundo del fitness.
Jóvenes bebiendo alcohol.
Tradicionalmente, Euskadi es la gran consumidora de speed en el Estado.
-Según las muestras tomadas en las estaciones depuradoras de aguas residuales, el consumo actual de speed es hasta 90 veces superior que la media estatal. Esto siempre ha sido así por un montón de factores culturales e históricos, también porque aquí la demanda es más alta que en otros sitios.
La población vasca cada vez consume más fármacos tranquilizantes, sedantes y somníferos (el 19% del total), según la Encuesta sobre Adicciones de Euskadi de 2023.
-Este es todo un temazo. Por un lado, el aumento del consumo parece estar relacionado con el contexto actual, que genera más ansiedad e incertidumbre sobre el futuro, debido a factores como el precio de la vivienda, la inflación o la pérdida del poder adquisitivo. Parece que es más fácil sedar o intentar calmar los niveles de estrés de la población, cuando en realidad solo se está poniendo un parche a un problema estructural. También parece que los médicos están recetando este tipo de medicamentos con más laxitud, y aquí deberíamos hablar de la influencia que tienen las empresas farmacéuticas y del poder que ejercen sobre el colectivo médico. El objetivo de las farmacéuticas, no lo olvidemos, es vender sus medicamentos y hacer negocio con ellos.
EL CONSUMIDOR, EN EL CENTRO
“El consumo de drogas, tanto lícitas como ilícitas, es una realidad en nuestra sociedad. Está en nuestra mano trabajar el tipo de relación que queremos con el uso de este tipo de sustancias: responsable, meditada y sin prejuicios. La prohibición ha causado mayores problemas que los que buscaba evitar y desde Ai Laket!!! abogamos por superar los dogmas proponiendo herramientas tanto a las personas usuarias como a quienes las rodean”. Cuando Ai Laket!!! irrumpió en 1998 como un colectivo de consumidores de drogas ilegales, lo hacía convencido de que la guerra contra ciertas sustancias como el cannabis (como en su día el presidente Nixon o recientemente la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso) había sido un fiasco. Para este grupo de personas, la persecución y criminalización no eran el camino a seguir.
Según recuerda la asociación alavesa, ya en 1987 la asamblea general de la ONU había fijado “un siglo XXI libre de drogas”, que luego tuvo que retrasarse a 2008, fijando el 26 de junio como Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas. Sin entrar a valorar en profundidad las políticas de ciudades europeas como Amsterdam -“es un debate muy complejo” -, tradicionalmente más progresistas en cuanto al uso y consumo, Jokin Segovia subraya que cuando se hable de despenalización o ilegalización siempre “se tenga en cuenta a las personas usuarias, porque es de su salud de lo que aquí se está hablando”.
Campañas antidrogas
¿Por qué se han adherido a la campaña global Support don´t Punish?
-Va muy en la línea de los valores y principios de Ai Laket!!, que consiste en dejar de lado el punitivismo, porque está más que demostrado que no ha dado los resultados esperados, y en centrarse en reivindicar políticas sobre drogas que realmente contribuyan a reducir los daños asociados y a proteger la salud de las personas; ayudándolas y apoyándolas, no criminalizándolas ni generando más problemas.
¿Esto viene a ser la antítesis de aquel famoso eslogan del ministerio de Sanidad del “di no a las drogas”?
-No del todo. En Ai Laket!!! estamos de acuerdo en que la mejor manera de evitar los riesgos asociados al consumo de drogas es no consumir, pero la realidad nos muestra que hay muchísimas personas que sí deciden consumir. ¿Qué haces con esas personas? Pues hay que ofrecerles algún tipo de apoyo y reducir los riesgos negativos del consumo, protegiendo así la salud de las personas usuarias. Tradicionalmente, en las campañas institucionales, este tipo de cuestiones se han dejado de lado y resulta injusto que las personas acaben perdiendo derechos o sean excluidas por haber decidido consumir drogas.
¿Es absurdo o ingenuo que se sigan promoviendo campañas prohibicionistas como en los viejos tiempos?
-A primera vista puede parecer absurdo, porque no se están logrando los resultados que se pretenden en cuanto a la reducción del consumo, y mucho menos su eliminación. De hecho, a menudo estas políticas contribuyen a aumentar los problemas asociados al uso, en lugar de disminuirlos. Deberíamos preguntarnos por qué se mantienen este tipo de políticas si han demostrado una y otra vez que no cumplen con sus objetivos y que están cada vez más lejos de cumplirlos.
¿Hablar sobre la legalización de las drogas sigue siendo un tabú?
-En los últimos años se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de legalizar algunas drogas, como el cannabis o la psilocibina, para usos médicos o terapéuticos. Otra cosa distinta sería despenalizar o desregular el consumo para usos recreativos, que sigue estando en la última fila de prioridades.