Cuando cada año nos asomamos a esta ventana, que muy inteligentemente abre DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, siempre me entra el mismo vértigo: ¿seré capaz en 650 palabras de decir algo lo suficientemente atractivo, interesante y no repetitivo con otras compañeras y compañeros? Pues sin ocultar mis dudas, me lanzo un año más en el intento.

Más valor, más competitivo y más sostenible; palabras absolutamente huecas y comodines que utilizamos excesivamente y que valen tanto para un jugador/a de golf, un estudiante, un empresario/a, una institución… ¡hasta como objetivo del día cuando nos levantamos de la cama! Sin duda todos sabemos que cuando juntamos estas tres palabras, y le añadimos un más, nos referimos a algo tan concreto, pero a la vez que abstracto, como es la economía de nuestro Territorio. Sin embargo, para las personas que componemos Fundación Vital, si no le añadimos el componente humano, solo es retórica que suena bien pero no aterriza en una realidad social que es la base de absolutamente todo.

En Fundación Vital estamos por “más competitividad”, no por más competición

Es aquí donde nos encontramos con un nuevo escenario social que ha irrumpido de forma brutal en este primer cuarto del siglo XXI y que no es otra cosa que el individualismo generalizado. Un movimiento silencioso que está calando como el sirimiri nuestra base social, diluyéndola como un azucarillo y que Fundación Vital constata en su día a día. ¿Qué nos está pasando?, ¿por qué está muriendo el tejido asociativo?, ¿quién está matando la solidaridad?, ¿por qué predomina el yo y los míos, ante el nosotros y nuestros vecinos?, ¿cuál es la razón para que las sociedades o txokos se vayan cerrando?, ¿cuándo es la última vez que tú has dedicado una hora de tu día para los demás desinteresadamente?, ¿por qué vamos a las reuniones de vecinos con el hacha entre las manos?, ¿quién nos ha borrado la sonrisa cuando salimos a la calle?, ¿cuál es la razón de exigir al otro la mayor de las atenciones y nosotros pensar que solo con pagar, y en su caso dar las gracias, ya hemos cumplido con creces?, ¿por qué nos gusta más ver unas caras en la pantalla de nuestro smartphone que las caras de los que nos cruzamos en la calle o de los que se sientan y pasean a nuestro alrededor?, ¿por qué y por qué …?

Hay tantas y tantas preguntas en nuestra realidad social acomodada y con el mayor nivel de bienestar de toda su historia que de verdad me da miedo seguir hablando de más y más y mucho más aunque sea de valor, competitividad y sostenibilidad. Por eso más valor, más competitivo y más sostenible no nos gusta si hablamos del individualismo imperante.

En Fundación Vital estamos por el “más valor” humano por encima de cualquier otro valor; la persona es clave, pero no por ser persona únicamente sino porque vive y se desarrolla con otras personas. Lo que hay que conseguir es que también vivamos para otras personas y dejemos de mirarnos el ombligo y de exigir constantemente “de lo mío qué”.

En Fundación Vital estamos por “más competitividad”, no por más competición. Una competitividad compartida, de todos para todos, porque si no quien más puede siempre eclipsará al menos pudiente. Juntos lo haremos mejor, más lento tal vez, pero sin duda mejor.

En Fundación Vital estamos por “más sostenibilidad” pero una mayor sostenibilidad social. ¿De qué sirve trabajar por la sostenibilidad ambiental si el ambiente social se hace irrespirable por las enormes desigualdades que vamos levantando paso a paso?

No tenemos varitas mágicas, no creemos que cualquier tiempo pasado fue mejor ni que esta sociedad va al desastre. Para nada, pero somos muy conscientes, por algo tenemos nuestros pies bien hundidos en la realidad social alavesa, de que o cambiamos y dejamos este egoísmo exacerbado que vivimos a un lado o en vez de ir a más iremos sin duda a menos en lo humano.