Con la llegada del calor, la naturaleza se revitaliza. A poco que las condiciones ambientales se ponen de cara, son muchos los pequeños animalillos que salen del parón invernal y reanudan sus actividades habituales, que básicamente consiste en comer (y no ser comido) y reproducirse. Cada especie actuará según su instinto y hábitos. Así, muchas especies sociales mandarán exploradores en busca de fuentes de alimento y comunicarán al resto. Así es como llegan las hormigas hasta nuestras casas, jardines y despensas.
Las hormigas son esos pequeños insectos pertenecientes al orden de los himenópteros que se desplazan en grupo, generalmente en columnas hasta una fuente de alimento que van llevando hasta su hormiguero con rapidez en una labor de coordinación y eficacia que admiraríamos si no fuese nuestra despensa la que saquean.
Para cuando descubrimos que se han asentado en nuestro jardín o que asaltan nuestra cocina, ya se encuentran plenamente instaladas. Resulta difícil desalojarlas. Pero esto no quiere decir que sea imposible, sino que habrá que ser perseverante en el esfuerzo. Además, habrá que encontrar los diferentes caminos que usan para llegar hasta el alimento seleccionado y también el hormiguero.
Cómo combatir a las hormigas
Se puede recurrir a la guerra química, pero los olores que dejan resultan molestos y algunos de estos insecticidas pueden ser peligrosos para las mascotas o para los niños pequeños. Por ello, son muchos los que prefieren métodos más naturales y caseros que espanten a las hormigas, y de paso a otros habitantes no deseados, sin resultar agresivos con los habitantes comunes. Estos son algunos trucos que se pueden usar:
Plantas y especias aromáticas
Colocar ajo, granos de café, canela, pimienta, laurel, menta u otras hierbas y especias en puntos estratégicos de la vivienda evitará que las hormigas permanezcan en el lugar. Se puede poner en polvo o disuelto en agua para poder rociar la zona con un atomizador, que reaccionan ante el olor de estos alimentos.
Bicarbonato de sodio
Dentro de las múltiples utilidades del bicarbonato se encuentra el de ser un potente insecticida. Si se mezcla con azúcar, se convierte en cebo mortal para las hormigas.
Cáscaras de cítricos
Los cítricos suelen repeler a muchos insectos, entre ellos las hormigas. Reduciendo a pulpa la cáscara y mezclándola con agua, se puede rociar las entradas de los hormigueros y los puntos por los que entran a casa. Se puede hacer lo mismo con el zumo de las naranjas y de limón. También puede usarse la cáscara del pepino, que aunque en un principio se lo lleven al hormiguero, al descomponerse produce una sustancia perjudicial para las hormigas.
Polvos de talco o tiza
Es repelente natural gracias al carbonato cálcico que lo compone. Las hormigas marcan sus caminos con feromonas y este producto evita que lo perciban.
Vinagre mezclado con agua
Esta mezcla a partes iguales de vinagre y agua sirve como repelente. Funciona de manera semejante a la del zumo de limón. Ideal para superficies planas como encimeras, mesas o fregaderos.
Harina de maíz
El almidón de maíz, además de interrumpir los rastros de olor de las hormigas borrando los caminos que siguen, su ingesta es venenosa para ellas ya que no pueden digerirlo.
Tierra de diatomeas
La tierra de diatomeas es un mineral extraído de la diatomita, que es una roca sedimentaria silícea formada por la acumulación de diatomeas (algas unicelulares fósiles). Es ecológico y no hace daño al medio ambiente y, además, se puede usar como abono. Se puede usarlo tal cual o pulverizarlo en una proporción de 10/20 gr por litro. Mata hormigas y otros insectos al secarlos absorbiendo los aceites de sus cuerpos. Por esto mismo es preferible aspirar la tierra de diatomeas o evitar el contacto directo con la piel.