Lleva poco tiempo inmerso en el mundo de la interpretación. Y, a pesar de todo, está dando mucho que hablar. En los últimos años se ha convertido en uno de los rostros más conocidos de las plataformas, y ahora se ha hecho un buen hueco en Netflix, donde estrena, por partida doble, el final de Élite y la serie Clanes junto a Clara Lago y Tamar Novas.
No para ni un momento. UPA next, Clanes, Élite... Está siendo una buena temporada de proyectos.
Y todo lo que viene. La verdad es que es pura fortuna. Me siento muy afortunado. Ha costado mucho, pero es brutal, la verdad.
Lleva poco tiempo, pero muy intenso. ¿La interpretación es como se imaginó que sería?
Pues la verdad es que sí. Vengo respaldado con mucha formación en este mundo, también por mi tía que es actriz, y siempre me han contado cómo es. La verdad es que sí me lo esperaba, me esperaba algo así. También te digo que lo que yo siempre quería era ser actor de teatro. El mundo audiovisual tampoco me lo esperaba tanto, porque no era mi objetivo. Ahora sí lo es y me tiene enamorado.
¿Cuál fue ese detonante que le hizo pasar del teatro a las plataformas, a la tele...?
Yo estaba en la universidad, en la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático), y me tocó justo el covid en la mitad. Fue como un punto de inflexión, porque considero que no se gestionó lo suficientemente bien en mi universidad, porque es muy difícil gestionar algo así, y yo pensé que tenía que trabajar ya: “Basta ya la formación, basta ya el teatro... Tengo que empezar ya”. Entonces, me puse en contacto con mi representante -que todos mis logros son suyos-, nos pusimos en contacto y dijimos: “Pues mira, yo estoy estudiando esto, me gustaría continuar, pero quiero priorizar el trabajo”. Confiamos mucho el uno en la otra, nos pusimos manos a la obra y casi al instante salió UPA. Desde que decidí dar el paso al mundo laboral no he parado.
Gracias a su representante, pero también a su arduo trabajo, se está convirtiendo en uno de los rostros más reconocidos de las plataformas. ¿Cómo fue esa primera aventura con UPA Next? Porque creo que no había visto la serie que le precede, UPA Dance.
Pues no (risas). Fue muy guay, una experiencia muy dura pero superplena. Éramos todos jóvenes, personas con mucho arte, ansiosas por hacer arte, y en esa serie se tocaban todos los palos: el teatro, la música, la danza... Por ese punto fue espectacular, y guardo grandes compañeros y grandes amigos. Luego es verdad que era muy duro porque terminabas de rodar e ibas a ensayar, pero lo guardo con muy buen recuerdo.
Ahora ha pasado de la escuela de Carmen Arranz a Las Encinas de Élite.
Un gran cambio, ¿eh? (risas).
Si tuviera que estudiar en uno de estos dos colegios, ¿en cuál se quedaría?
Por la diversión igual te diría en Las Encinas, pero en cuanto a estudios creo que me quedaría con el otro, y creo que me llevaría mejor con la gente de la Carmen Arranz.
¿Cómo se le han presentado estos dos proyectos ahora, tanto Élite como Clanes, ambos además para Netflix?
Fue un regalo. Lo de Clanes para mí fue un regalo. Yo estaba de vacaciones en Nueva York y me llamaron para el casting. Yo no podía ir porque era presencial, pero me esperaron. Volví, lo hice y a los dos días me dijeron: “Estás dentro”. Me empezaron a contar de qué iba la trama, quiénes iban a ser mis compañeros..., todo, y yo empecé a salivar. Fue una locura.
Es verdad que está muy bien acompañado.
Ya te digo. En Galicia mis actores referentes eran ellos, absolutamente todos. Y conocerlos en persona, tomarnos algo juntos..., para mí eso fue superguay.
¿Aspira dentro de poco a ser usted también un referente para esas nuevas generaciones de actores?
Me encantaría, la verdad. Ya tengo a mis hermanitos, que quieren meterse en el mundo. Ya van por ahí diciendo que quieren ser actores, y a mí eso me fascina (risas).
Cada personaje que interpreta además es único (Darío, Héctor, Marco...). ¿Qué se lleva de cada uno?
Cada uno es único, cada uno tiene su historia, cada uno tiene sus pros y sus contras y de todos me llevo algo. Lo que más me llevo de ellos es la gente con la que comparto la cámara. Eso es como lo que más me llevo. Porque al final yo soy yo, tengo la personalidad muy marcada y ningún personaje me cambia. Entonces, yo lo que me llevaría de cada personaje es eso, la gente que me acompaña en cada proyecto.
De Élite, ¿cómo ha sido incorporarse a una serie que ya encara su recta final?
Yo iba con mucho miedo, porque no sabía qué me iba a encontrar. Absolutamente todos me sorprendieron para bien, del primero al último, me acogieron fantástico, me invitaban a todos los planes... De hecho, hoy en día conservo un montón de compañeros que considero amigos.
Las fiestas de detrás de las cámaras no son como las de delante de las cámaras, ¿no?
No no (risas). Madre mía, es imposible llevar ese ritmo. Además, yo no soy tan fiestero. Lo fui, pero ahora estoy centrado (risas).
¿Qué le depara ahora el futuro, tal vez segunda temporada de UPA?
(Risas). De UPA Next no, de Clanes está por ver. No hay nada confirmado, pero me fliparía porque hay un final abierto superguay para continuar la serie. Yo estaría encantado. Y de los siguientes proyectos, estuve rodando en Galicia una serie que se llama Animal salvaje, fui con una película -Sigue mi voz- para Prime Video, y ahora estoy con una serie de la que no puedo decir nada, pero que va a ser un bombazo. Es el proyecto con el que más ganas empecé. Se vienen cosas grandes (risas).