Para poner voz a sus propios pensamientos. Silvia Soria (@silviasoria_ ) comenzó su camino como emprendedora en 2019 como una manera de poner voz a su gran frustración profesional que estaba sintiendo en ese momento.
Al compartir este sentimiento, encontró una manera de poder llegar a más personas de las que podría llegar solo en su entorno gracias las redes sociales y, desde entonces, su comunidad no ha parado de crecer, alcanzando cerca de 16.500 seguidores en su cuenta de Instagram.
“Nunca llegué a pensar si influenciaría a mucha o poca gente. Lo que siempre tuve claro es la visión y el impacto que quería generar en el mundo. Mi misión es crear un movimiento de mujeres inconformistas que quieran mirar hacia dentro y crear su propio camino. Ni el camino establecido, ni el que ha sido marcado, ni el que supuestamente había que seguir, sino una vida a su medida con sus propias reglas del juego”.
Esta emprendedora gasteiztarra, recuerda la primera masterclass online que difundió por redes sociales, “tenía miedo de que no apareciera nadie”. Sin embargo, se apuntaron más de 1000 mujeres de diferentes edades, contextos y ciudades.
“Todas estaban ahí porque sentían eso que yo sentí hace unos años; un vacío, una crisis existencial, una sensación de que no estaban explotando todo el potencial que tenían dentro, y un gran sentimiento de soledad e incomprensión en su entorno más cercano”.
A partir de ahí, se generó una comunidad, sororidad y un espacio en el que sentirse seguras, comprendidas y apoyadas para poder transitar la reinvención profesional. “Había mujeres que comenzaron a no ser solo seguidoras en las redes sociales, sino que se convirtieron en alumnas de mis formaciones porque resonaban mucho con el mensaje y es así como surgió Universo Poderosas”.
Persona altamente sensible
Silvia se considera una persona altamente sensible. Por eso, su comunicación emerge desde un lugar lleno de sensibilidad, empatía e incluso vulnerabilidad. De hecho, en sus publicaciones no esconde lo que siente, se muestra feliz y con fuerza cuando lo está, pero también muestra los días en los que está triste, con rabia o sintiéndose más insegura. “Todas nuestras emociones tienen derecho a tener voz. De la misma manera que expresamos alegría, es importante también expresar tristeza. Llorar no es peor que reír. Es igual de valioso. Son emociones”.
Otra de las cosas que intenta transmitir es la importancia de dar voz a la ciclicidad femenina. “Las mujeres tenemos ciclos y no podemos estar siempre lineales o productivas, ya que transitamos por las cuatro fases del ciclo menstrual. Cada una de estas fases tiene características y necesidades específicas que influyen en nuestra energía, emociones y bienestar general”.
Su comunidad encuentra apoyo y motivación al otro lado de las redes sociales, gracias a sus publicaciones elaboradas con mimo, autenticidad, y con mensajes que invitan a la reflexión constante para el despertar vocacional: “Hay que dejar de seguir caminos preestablecidos que no nos satisfacen. Es el momento de tomar el control de nuestras vidas y de nuestras decisiones profesionales. Necesitamos escuchar nuestra intuición y confiar en nuestra capacidad interna para guiar nuestros pasos hacia un futuro pleno y significativo”.
“No soy de las personas que muestran en las redes sociales toda mi vida. Es algo que no va conmigo, ni tampoco me siento cómoda en ese lugar. Como decía, las redes sociales para mí son un lugar de expresión para generar un despertar colectivo en el ámbito personal y profesional. No me considero una influencer, ni mucho menos. Me considero una emprendedora. Valoro mucho mi privacidad y utilizo las redes sociales como una herramienta de trabajo”.
Escaparate a su trabajo
“Como siempre digo, las redes sociales son una increíble herramienta y un buen escaparate para mostrar tu trabajo. En negocios como el mío, que no vendemos un producto, sino que es algo intangible, ya que es una transformación que experimentan las alumnas, sin las redes sociales sería más difícil darnos a conocer. Pero en lo que siempre pongo énfasis es que lo más importante en sí no es “el escaparate” sino lo bien o mal que tengas “tu tienda dentro”. El primer paso es crear algo de calidad y que pueda ayudar a las personas a solucionar un problema o una necesidad, y crearlo con excelencia. Después, ya lo muestras en tu escaparate.
Si tienes unas redes sociales potentes, bonitas e impactantes, pero luego lo que vendes en tu negocio es de poca calidad, tu negocio acabará extinguiéndose. Lo primero, es crear algo potente, y luego, trabajar en tu comunicación".