La conversación con Jaione Equisoain (Pamplona, 1993) se produce durante un breve receso en su turno de trabajo en la comisaría de Altsasu-Alsasua. La judoka navarra, campeona de -57 kg en la European Open de Madrid de 2023, una figura habitual en los mundiales y campeonatos continentales, aspira a cumplir el sueño olímpico con su participación en las Olimpiadas de París 2024.

No ha empezado el año con buen pie: en el Gran Premio de Portugal de finales de enero, la primera prueba puntuable para los Juegos Olímpicos, sucumbió en el combate inicial. Pero no está desanimada. No es su estilo. Equisoain se define como una persona optimista. “Si le preguntas a la mayoría de la gente, te dirán que casi siempre estoy con una sonrisa y que veo las cosas de un modo positivo”, afirma.

Jaione Equisoain, judoka. Oskar Montero

A finales del año pasado, subió una foto en blanco negro a su cuenta de Instagram. Aparece con su inseparable judogi, con los brazos en jarra, los ojos cerrados y se dibuja una sonrisa en su rostro. En el cinturón negro anudado a la cintura se puede leer: ‘gudari’. “Es de Asier Murillo, que fue quien me hizo la foto”, apunta Equisoain. Con la joven promesa judoka, medalla de bronce en el campeonato de España en menos de 60 kilos celebrado el pasado diciembre en el Navarra Arena, le une una excelente amistad. Ambos entrenan en el Centro de Tecnificación Deportiva de Larrabide, en Pamplona.

“Es como mi hermano pequeño”, dice Equisoain. “Nos llevamos 10 años de diferencia y tenemos una relación muy bonita en la que nos ayudamos mutuamente. Conozco a su familia, quedamos y hablamos también fuera del tatami”, añade. 

Jaione Equisoain posando Oskar Montero

Principalmente tiene un núcleo de amistades judoka. ¿Eso es porque estáis más en sintonía entre vosotros? “Somos un poco guerreros y pasamos mucho tiempo juntos. Solo alguien que está metido en esto y lo vive desde dentro puede entender al 100 % todo lo que supone”, explica. En su caso no tiene reparos en reconocer que es una “friki del judo. Me flipa”, afirma. 

Aspecto psicológico

Avisa de que tiene que interrumpir la charla unos minutos. El deber le llama y poco después retoma el hilo. Equisoain se presentó al Curso Básico de Policía de la Escuela de Seguridad y Emergencias de Navarra (ESEN) durante la pandemia. Antes del parón por la crisis del coronavirus había impartido clases de judo y fue durante el confinamiento cuando se puso a fondo con la preparación del examen de las oposiciones. “Era el momento. Siempre había tenido en mente hacer unas oposiciones, pero dudaba entre presentarme a bombero o policía”, rememora. La apuesta salió bien.

Jaione Equisoain, judoka. Oskar Montero

Hace ahora un año que se incorporó como agente y presta sus servicios en la oficina de la comisaría de Altsasu, donde compagina su trabajo con el deporte sin grandes complicaciones. No se queja de su doble vida de funcionaria-deportista de élite. Lo lleva estupendamente. Desliza una ventaja de su puesto: no tiene que trabajar en los turnos de noche. 

Su próximo destino es el Grand Slam de judo en la república de Azerbaiyán. Junto a su entrenadora desde 2015, Yolanda Soler, le presta mucha atención a la preparación psicológica. “Es súper importante, porque llegado a un nivel las mayores diferencias se producen en el aspecto mental”, subraya. Últimamente están puliendo el nivel de concentración, y hace mención a la importancia del autodiálogo o monólogo interior para lograr mejorar sus resultados. “Hay que pensar en lo que se ha hecho bien y lo que ha salido mal para no repetir los mismos errores”, sentencia. 

Destino: París


Plazas limitadas. El 24 de junio se cierra el ranking y se sabrá si finalmente logra el billete para los Juegos Olímpicos. Para ello deberá quedar entre las 18-20 mejores del mundo, a lo que hay que sumarle una cuota europea.


Objetivo realista. Aunque en la actualidad se encuentra fuera de las veinte primeras posiciones, cree que la remontada es posible. Y si no lo logra, lanza una promesa: “Habré hecho todo lo que estaba en mis manos para intentar clasificarme y no dejarme nada en el tintero”.