Las ganas de luchar y su sonrisa permanente han convertido a Elena Huelva en una persona muy querida para cientos de miles de personas, y eso que la mayoría no la conocen en persona y que no es alguien que salga en la televisión, se dedique a la moda o sea de una familia famosa. Es sólo una joven de 20 años que trata de exprimir la vida pese a las piedras que se está encontrando en el camino.
La sevillana lucha desde enero de 2019 contra un sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer que comenzó en los pulmones pero que se le ha ido extendiendo por otras partes del cuerpo pese a que en 2021 parecía que por fin la quimioterapia había funcionado y la enfermedad había remitido. Pero en agosto de 2022 le llegó la peor noticia en forma de metástasis y desde diciembre la situación se ha complicado bastante, con pronósticos nada optimistas.
Pero el pesimismo no se ha adueñado de Elena, que ha contado con el apoyo de muchos famosos, que la han visitado, como Ana Obregón, Aitana, Manuel Carrasco o Sara Carbonero, y hace unos días celebraba poder pasar las Navidades en casa con la familia. Por supuesto, sin perder la esperanza. “Mis ganas ganan” es su lema, y lo demuestra a diario.
"Mañana se acaba el año, ha sido un año lleno de cosas buenas, es la realidad, a pesar de todo, a pesar de que en agosto mi vida se derrumbara poco a poco y que este mes de diciembre me dijeran lo peor que le pueden decir a una persona. Me quedo con un 2022 bonito, lleno de experiencias, momentos, amor y personas maravillosas. Y aquí seguiremos… siempre! 2023 ojalá me sorprendas. ", escribía en sus redes sociales el día 31.
Pero ya en el primer día de 2023 admitía que la situación era complicada. "Hoy está siendo un día bastante difícil, mañana sé que estaré mejor", publicaba el 1 de enero. Pero parece que su optimismo no se ha trasladado a la realidad. Al menos es lo que han interpretado muchos de sus seguidores (tiene nada menos que 786.000 en Instagram) tras ver el escueto mensaje que ha puesto en sus redes sociales.
Son sólo dos palabras: “Os quiero”. Y en las stories de Instagram las ha escrito sobre un fondo negro. Un mensaje que ha preocupado y mucho a sus followers, que desde la distancia no tienen más información y que han llevado a diferentes interpretaciones. Hay quienes, conociendo la evolución de su enfermedad, lo toman como una despedida, como un final de su lucha que la ha llevado incluso a escribir un libro contando su experiencia: Mis ganas ganan. Nadie nos ha prometido un mañana, vive el presente, se titula.
En sólo dos horas, el mensaje ha recibido casi 1.000 respuestas en Twitter, red en la que tiene muchos menos seguidores en Instagram (menos de 50.000), prueba de la preocupación que ha generado, aunque también hay quien simplemente lo ha visto como un agradecimiento de nuevo año a toda la gente que la acompaña en su lucha.
