Formar parte del catálogo de productos con sello Eusko Label requiere cumplir con unos requisitos básicos que son claves para su inclusión. "Ser de Euskadi, que el producto sea de calidad, tenga especificidad y una singularidad superior así como un volumen mínimo de producción", describe Mikel Arrillaga, técnico de Hazi que añade como imprescindible "beneficiar a un colectivo".
En la actualidad son 18 las señas de identidad que lucen la distinción de garantía y calidad Eusko Label. "Cuando recibimos una propuesta, miramos que los productos sean producidos, elaborados o transformados en la Comunidad Autónoma Vasca". Una vez superada esta base, se pide que "sean productos que tengan una singularidad, especificidad o calidad diferente al resto". Es decir, que los nuevos productos a incluir se destaquen por aportar un valor añadido en esos ámbitos. Tras cumplir con esos mínimos "valoramos qué cualidades o características tiene ese producto y se hace un reglamento" que recogerá todas las variables. "Lo primero de todo es que ese producto tiene que cumplir con la legislación vigente para ese producto y nosotros le pedimos un extra de calidad, diferenciación y especificidad", apunta Arrillaga quien comenta que posteriormente se "presenta a la Dirección de Calidad del Gobierno vasco ya que es la autoridad competente para decir que esa marca de calidad se acepta o no". Cumplido este trámite "se registra en la Oficina Española de Patentes y Marcas".
"No podemos dar una marca de calidad antes de saber cómo será el producto"
Contrastar que el producto a incluir tiene ese plus de calidad se logra con un "histórico", un resumen de cómo ha sido la producción y qué baremos de garantía ha conseguido a lo largo de varios años. "Por el hecho de que un productor quiera tener la etiqueta Eusko Label no se le da. Tiene que responder a una necesidad del sector y que tenga un histórico para poder ver cómo ha sido esa producción durante años. Además, tiene que ser interesante para el sector, no solamente a nivel individual, si no a nivel colectivo. No podemos dar una marca de calidad antes de saber cómo será ese producto", subraya Arrillaga quien pone en valor el actual catálogo. "Ahora tenemos 18 familias de productos. Unos tienen más recorrido que otros aunque todos llevan ya unos años de trayectoria".
La incorporación a Eusko Label supone su inscripción y a partir de ahí se crea un registro. "Una vez hecho el reglamento, tenemos un área de control y certificación que verifica que los productores y el producto cumplen con los requisitos que se piden en ese reglamento. A partir de ahí, los productores se homologan", ahonda Arrillaga. Ese sello supone que "tanto el productor como el producto han pasado por los controles de este área y por eso llevan el certificado". Una distinción que para el consumidor supone adquirir alimentos con todas las garantías de calidad y una apuesta clara por el consumo de productos kilómetro 0.