La iniciativa está organizada por Euskal Gozogileak, la federación de reposteros de los territorios que conforman Gipuzkoa, Bizkaia y Araba, además de contar con los apoyos de los de Iparralde y Navarra, todo con la ayuda del Gobierno vasco. Un proyecto comunitario que honra en formato dulce a un famoso cuadro, pintado precisamente en París en 1937, que recuerda a su vez uno de los momentos más trágicos de nuestra historia reciente.
Esta es la primera vez que se expone una obra de arte adaptada al chocolate en la famosa feria, y la réplica dulce está realizada con las mismas medidas que tiene el famoso cuadro, que representa la barbarie de un acontecimiento histórico, además de ser un grito en contra de la guerra.
El chocolate ha sido donado por la prestigiosa marca de chocolates Barry, y se emplearán aproximadamente cuatrocientos kilos aplicando la técnica del atemperado para su correcta maleabilidad.
En el momento de nuestra visita al taller donde se estaba realizando, en Lezo (Gipuzkoa), los trabajos iban a buen ritmo y resultaban sorprendentes, por su verismo y gran parecido. Una obra común que engrandece el mundo del chocolate y que tiene la virtud, además, de ser un proyecto compartido.