Salvar prendas en el Casco Viejo de Vitoria
En un ambiente tranquilo, la irlandesa Sarah Bunce anuncia una nueva quedada para remendar ropa y otros textiles, el próximo sábado 31
En una sociedad donde prima la moda rápida –fenómeno conocido popularmente como fast fashion–, caracterizada por la compra a muy bajo coste –económico, claro– y con una fecha de caducidad fugaz, hay quienes apuestan por dar una segunda vida al fondo de armario y tratar de paliar, aunque sea de forma personal, ese “sobreconsumo” textil tan a la orden del día y que tanto daña el medio ambiente.
En este contexto, Sarah Bunce, joven irlandesa que reside en Gasteiz, tiene como propósito impulsar esa sostenibilidad a partir de pequeños actos. En petit comité, de forma gratuita, pero con grandes ideas, esta profesora de inglés organiza quedadas en un aula de Brandon English Academy, situada en el Casco Viejo gasteiztarra (calle del Torno, 6) con el objetivo compartir conocimientos y técnicas de remiendo de ropa y textiles viejos o rotos. Al no encontrar una iniciativa parecida en la ciudad, decidió crearla ella misma.
Hilo y aguja para aprender a remendar prendas en Vitoria
Se trata de una propuesta que ya ha desarrollado en “cuatro o cinco” ocasiones y que este mes de mayo, repite con ilusión. Sin ir más lejos, será el próximo sábado día 31, en la misma academia, por la mañana, de 11.30 a 13.30 horas y es posible apuntarse a través del e-mail stitchandflow.gasteiz@gmail.com.
"Me gustaría que se animaran más hombres a estas quedadas"
“De momento se han animado unas cinco personas, que ya me han comunicado qué tipo de prendas van a llevar. Todavía somos grupos pequeños”, comenta Bunce en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
Y es que el único requisito para para poder participar es llevar a este pequeño evento alguna prenda o textil que necesite remiendo y comunicárselo a la docente con anterioridad. Porque del material se encarga ella, ya lo anuncia a través de su perfil de Instagram.
“Yo llevo un poco de todo para que haya opciones, por eso está bien que me comenten antes qué tipo de prendas van a llevar. La última vez, por ejemplo, vino una chica que quería arreglar una parte concreta de unas zapatillas, y como lo sabía de antes, pude llevar las agujas y el hilo adecuado”, expone la artífice.
Entre ese abanico de utensilios, los participantes podrán encontrar “buenos y varios” tipos de hilos, (de costura normal, alguno más grueso); lana de repaso, “por si alguien viene con una prenda de punto; parches de varios grosores, con más elasticidad (para mallas o leggins) así como varios tipos de agujas, tijeras, plancha o incluso cola para los menos “escrupulosos como yo”.
Crear comunidad
En cada uno de estos talleres es posible ver perfiles variopintos. “Las personas que vamos somos de edades y países diferentes y sí que hay un punto de conexión en la moda, en todo lo que tiene que ver con lo ecológico. Acabamos hablando de todo, y eso es lo que me gusta”, señala la joven aficionada del ganchillo.
De hecho, matiza que entre todos y todas construyen es un espacio donde tienen cabida tanto las personas que poseen algún conocimiento sobre el remendado como quienes parten de cero. “Lo importante es crear comunidad”, sostiene.
Crisis sin remiendos
Asimismo, fue a los diez años cuando Bunce descubrió las capacidades de lo que con un solo hilo y una aguja de puede llegar a lograr, gracias a su abuela. Ese aprendizaje, junto con la inspiración que encontró en las redes sociales, sobre diferentes técnicas para reparar textiles, fue lo que le impulsó a organizar estos encuentros.
“Estamos en un bucle”
“Yo diría que cada vez hay una mayor conciencia . Yo que voy mucho a las tiendas de segunda mano, veo que cada vez hay más gente comprando en ellas. Pero, también creo que estamos todos, el mundo en general, muy alejados de cómo se produce la ropa, no tenemos conocimiento ni valoramos cómo se hacen esos textiles”, reflexiona Bunce, que considera que “estamos en un bucle donde no queremos gastar mucho pero la calidad sigue bajando”.
Precisamente por ello, cree firmemente que remendar es una gran herramienta esencial en materia de sostenibilidad, “porque estás prologando la vida útil de tu prenda”. “Creo que todo caemos en la trampa de comprar por estar un poco de bajón, porque te da como alegría el hecho de comprar algo. Pero remendar ceo que te da mucha más satisfacción. Porque lo estás haciendo con tus manos y estás aprendiendo sobre la tela que tienes en frene”, subraya.
Además, destaca la desconexión digital como otro de los beneficios que aporta este tipo de actividades vinculadas a las generaciones femeninas de antaño. “Son momentos en los que verdaderamente desconectas del móvil y de las redes sociales. “Antes se hacía mucho, se juntaban las mujeres en los pueblos y e ponían a coser y a hablar, era la manera que tenían de socializar. Y eso se ha perdido mucho con el tiempo. Yo, personalmente, quiero retomarlo”, afirma la profesora.
Eso sí, tiene una tarea pendiente para la cita de mayo y las que están por venir. “Me gustaría que se animaran más hombres a estas quedadas, porque es una actividad útil para todos y todas”, remarca Bunce.