“Es mejor arreglar algo roto que comprar algo nuevo”. Esa es la filosofía que estuvo detrás del pequeño evento para remendar ropa organizado esta mañana de sábado en la capital alavesa; más concretamente en una pequeña aula de la academia Brandon English de la calle Torno.

Un encuentro en petit comité totalmente gratuito y abierto a todo el público, donde la idea fue reparar las prendas rotas, u otros artículos textiles, que cada persona quisiese llevar así como “compartir técnicas y conocimientos para remendarlos”.

“Creo que es importante fomentar este tipo de talleres, enseñar que puedes hacer algo más que tirar tus pantalones favoritos, como arreglarlos, por ejemplo”

De esta forma lo ha explicado hoy la artífice de esta idea, Sarah Bunce, profesora de inglés nativa de Irlanda a quien, de forma personal, le interesan los temas relacionados con la costura y el tejido. “Me parece que nos preocupa mucho la compra ética pero que, en cambio, no nos fijamos tanto en cuidar lo que ya tenemos, que es como el otro lado de ser un consumidor responsable”, ha expuesto en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA mientras esperaba junto a Bless Osudji, amiga y profesora de la academia, la llegada de más personas.

En imágenes: Hilo y aguja para aprender a remendar prendas en Vitoria Jorge Muñoz/DNA

Sobre la mesa, esperaban cestas y materiales para ejecutar los arreglos, desde telas para parches de distintos colores y diseños, hasta hilos multicolores para bordar. Material de su casa que puso a disposición de los allí presentes con la idea de compartir esta práctica que no requiere “ni técnicas difíciles ni mucho tiempo". “Creo que es importante fomentar este tipo de talleres, enseñar que puedes hacer algo más que tirar tus pantalones favoritos, como arreglarlos, por ejemplo”, ha señalado.

“Nunca me he preocupado en pedirle a mi abuela que me enseñe, sino a pedírselo directamente”

Y, en ese pequeño proceso de aproximadamente dos horas de duración, ella misma ha estado como orientadora por si las dudas aparecían a la hora de abordar alguna de las técnicas. En este marco, la apuesta original de la profesora ha atraído la curiosidad de siete mentes dispuestas a hacer algún que otro apaño con sus prendas. Como fue el caso de Raquel Paredes, una joven que tiene interés por la costura, además de la habilidad tejer bufandas, pero que, por el contrario, ella misma ha asegurado no saber “coser ni un botón”.

En imágenes: Hilo y aguja para aprender a remendar prendas en Vitoria Jorge Muñoz/DNA

“Nunca me he preocupado en pedirle a mi abuela que me enseñe, sino a pedírselo directamente”, señalaba al tiempo que mostraba un botón que ella misma había descosido de una cazadora con la intención de aprender a hilarlo. Asimismo, destacaba su gusto por los planes de ocio diferentes los fines de semana, “que no sea lo de siempre; salir y beber”, ha destacado entre risas. 

Mayor concienciación

“Parece que no, pero este es un taller muy importante, a parte de bonito”

A pocos metros de su silla, Jule Darrocha, la primera en entrar a la pequeña sala, sacaba de su bolsa de tela un extenso mantel blanco que presentaba mordeduras de roedores. “Me daba mucha pena porque es familiar, le tengo un cariño especial”, ha asegurado la mujer. Asimismo, tampoco ha dudado en llevar una funda nórdica “desgastada por los lados” además de su propia cesta de costura con dedales ajustados al tamaño de su mano.

Parece que no, pero este es un taller muy importante, a parte de bonito”. Además de disfrutar cosiendo, Darrocha ha comentado que “coser es la revolución” para hacer frente a la “sociedad de consumo en la que vivimos”. “Todo lo que hacemos es de usar y tirar, y eso no puede ser. Tenemos que parar y cambiar el chip”.

“Tenemos que empezar a tener más concienciación ecológica para frenar esa eterna huella de carbono que cada vez es mayor”

En imágenes: Hilo y aguja para aprender a remendar prendas en Vitoria Jorge Muñoz/DNA

Frenar la moda 'fast-fashion'

En la misma línea, Sonia Sáez, ha expuesto los motivos de su inquietud por asistir al taller mientras estudiaba como coser los agujeros de sus “eternos pantalones”. “Tenemos que empezar a tener más concienciación ecológica para frenar esa eterna huella de carbono que cada vez es mayor”, valoraba.

En este plano, Sáez quiso hacer un inciso en el fenómeno fast-fashion o moda rápida, una tendencia que alberga la producción y el consumo masivo de prendas al ritmo de las nuevas modas que van surgiendo en el mercado.

"Cuando estás en un ambiente relajado, te cuentas cosas con otras personas y compartes inquietudes"

En imágenes: Hilo y aguja para aprender a remendar prendas en Vitoria Jorge Muñoz/DNA

“Creo que es importante saber qué hay detrás de ese fast-fashion que no queremos ver, plantearse por qué, muchas veces, unos pantalones pueden costar diez euros, qué tipo de tela están usando, cómo lo están haciendo así como quién lo hace y en qué condiciones”, ha propuesto.

Además de la “concienciación natural y social” y la segunda vida que se le otorga a ciertas prendas, Sáez ha querido hacer hincapié en la importancia de talleres como el de Sarah por la "buena compañía". “Cuando estás en un ambiente relajado, te cuentas cosas con otras personas y compartes inquietudes. Siempre aprendes algo”, señalaba satisfecha.