Este mismo miércoles el Servicio Vasco de Salud ha publicado datos concretos sobre casos de violencia a los profesionales médicos y sanitarios con motivo del Día Europeo contra las agresiones a este colectivo. Sin ir más lejos, la plantilla de Osakidetza notificó 1.176 agresiones en 2024, un 12% más que el año anterior.

Estos episodios de violencia hacia el sector sanitario también se dan en Álava, y cada vez más. "Los casos están creciendo de una manera que realmente nos preocupa", advierte el presidente del Colegio de Médicos de Álava (Icoma), Kepa Urigoitia, en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Aunque remarca que la situación del territorio alavés "no difiere mucho del resto de territorios vascos ni del resto de la Península".

Urigoitia desvela que es mayor el número de agresiones de tipo verbal, entre las que se encuentran insultos, vejaciones y amenazas, aunque asegura que también "han subido" los episodios que implican lesiones físicas.

Educar a una sociedad agresiva

Sin embargo, la problemática trasciende más allá del sector clínico. De hecho, el presidente agrega que estos casos violento se dan en la enseñanza, al profesorado.  "Es un reflejo de como está la sociedad actualmente. Los valores han cambiado mucho, estamos viviendo una escalada de agresividad a todos los niveles".

"La población tiene que entender que con la agresión no soluciona nada. Lo que hace falta es una educación a la sociedad. Y eso no es posible en un día", zanja el presidente.

En este sentido, señala que ciertos pacientes "se creen con derechos de no tener obligaciones". "La capacidad de gestionar la frustración frente a enfermedades hace que la respuesta sea más agresiva. Pero, sobre todo, lo que más se observa son las respuestas de esa agresividad por causas asistenciales, el tipo de discrepancias con la atención médica. Esa baja que quiero que me des o la receta o prueba que quiero que me hagas. Cuando realmente a la consulta a lo que se va es a pedir la ayuda profesional".

Por otra parte, también apunta otros factores de carácter "estructural" que pueden incentivar esa conducta agresiva en los pacientes. "El tiempo que tardan en atenderme por las listas de espera", pone de ejemplo Urigoitia.

'Tolerancia cero', denuncia al instante

"Quiero dejar claro que, frente a las agresiones, tolerancia cero y denuncia desde el minuto uno. Desde el momento en el que se produzca." Asegura que esa es la vía que permite garantizar "la seguridad de todos".

Aunque en la realidad no siempre es tan sencillo, pues en muchas ocasiones se asoma el "miedo". "Cada profesional actúa según su personalidad", agrega en este sentido. "Es una situación que aparte de desagradable, no se ve venir, entonces la respuesta defensiva es muy variable", sostiene Urigoitia.

A fin de mostrar el rechazo a todas las formas de agresión de manera más notoria, el Colegio de Médicos de Álava, en la Avenida Santiago de Vitoria, ha colocado dos pancartas a la entrada de la sede donde se puede leer Tolerancia cero ante las agresiones.

Pancarta colocada a la entrada del Colegio de Médicos de Álava Cedida

Protocolo y recomendaciones disponibles

Desde el 2007, el colegio alavés, junto con el de Bizkaia y Gipuzkoa, firmó con la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco un protocolo de actuación para casos de agresión facultativos. En este sentido, lo que antes pasaba por ser tan solo una falta, ahora es un delito que podría implicar penas de uno a tres años de cárcel.

"Pueden poner la denuncia directamente en el colegio, y el colegio es quien se encarga de trasladarlo a la Fiscalía o al Juzgado. De forma que la dirección del domicilio que tiene que poner el denunciante sea la del propio colegio", explica. En este sentido, señala que ha habido amenazas del tipo "sé donde vives".

Asimismo, el Consejo de Colegios Médicos de Euskadi, cuenta con guía, que se va actualizando todo los años, que recoge una serie de recomendaciones ante las agresiones.

En paralelo, los médicos cuentan con cursos de formación sobre estrategias de comunicación, de manera que ayude a mejorar la relación médico-paciente. "También para conocer y reconocer situaciones de riesgo de agresión antes de que esta pueda llegar", apunta el responsable médico en Álava.