Los psicodélicos son útiles para tratar la depresión y podrían ayudar también a superar adicciones, siempre acompañados de una terapia. Es el más importante y reciente avance que ha puesto sobre la mesa Óscar Soto, psiquiatra e investigador en Parque Sanitario San Juan de Dios de Barcelona en su intervención en el curso de actualización en Psiquiatría que se celebra en Gasteiz.

Sus investigaciones constatan que el uso de psicodélicos en salud mental muestra resultados prometedores y se perfila como una solución para pacientes que no mejoran con otros tratamientos, para resolver casos de depresión resistente e, incluso, de adicciones.

¿Qué es un psicodélico?

Un psicodélico es una sustancia que causa estados alterados de conciencia en los que hay una mayor conexión en las distintas partes del cerebro, se reviven recuerdos y cambia la percepción sensorial y del yo.

Por lo tanto, con ayuda de terapia se pueden cambiar ciertos patrones rígidos de pensamiento y percepción, que se cree están en la base de muchos trastornos mentales.

Vista superior de una mano con pastillas. Freepik

Por ello, “permiten utilizarlos para, ahora mismo, tratar a personas con trastorno depresivo resistente, y se investiga su uso en otras indicaciones, como las adicciones y el trastorno por estrés postraumático”, subraya el psiquiatra Soto.

Las sustancias que se usan en los estudios médicos –sintetizadas en laboratorio–, cuentan con todos los certificados de calidad y con la aprobación de las agencias europea y española del medicamento, pero realmente son muy similares a las que utilizan las personas de manera recreativa, caso del éxtasis, LSD o la psilocibina de los hongos alucinógenos.

“Esos estados alterados pueden servir para superar adicciones, ya que es posible enseñar al cerebro nuevas estrategias ante la ansiedad que lleva a consumir. La terapia ayuda por su parte a sustituir esas conductas por otras, algo fundamental porque en caso contrario el paciente recaería”, detalla Soto.

En conclusión, el experto manifiesta su deseo de que estos resultados posibiliten en los próximos años el uso clínico habitual de este tipo de tratamientos.