Los 63 apartamentos tutelados de la avenida de Arkaute levantados en 2005 siguen vacíos y con las dos plantas de garaje inundadas de agua.
El Ayuntamiento concedió la licencia de apertura en 2012, pero nunca nadie ha vivido en ellos. Se levantaron en plena burbuja inmobiliaria y más adelante, cuando llegó el rescate a la banca, pasaron a ser propiedad del Estado, en concreto de la Sareb.
EH Bildu pide desde hace tiempo al gobierno municipal que recupere los apartamentos tutelados para que se puedan servir de vivienda, dada la escasez de oferta que hay en Vitoria.
Sin embargo, el concejal de Modelo de Ciudad, Borja Rodríguez, asegura que no pueden ser viviendas porque son pisos tutelados para personas mayores.
Ordenación urbana
No obstante, explica el concejal responsable de urbanismo que sí contempla el futuro Plan General, que se aprobará definitivamente en verano, que la edificación vuelva a estar dentro de la ordenación urbana (antes los pisos estaban fuera de ordenación), con uso terciario o de equipamiento asistencial.
Por lo tanto, insiste Rodríguez en que no corresponde a su departamento el uso que vaya a darse a los pisos.
Para el concejal de EH Bildu Xabier Ruiz de Larramendi es “decepcionante que el gobierno municipal opte por no hacer nada”.
Señala que un informe del Gobierno Vasco de 2021 concluye que, pese a su continuo deterioro por el paso de los años, los apartamentos tutelados de Arkaute son “comprables”.
De hecho, la Sareb, encargada de gestionar activos inmobiliarios procedentes del saneamiento del sector financiero, los tiene en venta en varios portales inmobiliarios.
Publicidad en andamios
Por otro lado, el concejal de Modelo de Ciudad da cuenta a Elkarrekin de que en tres años no ha habido ninguna solicitud para la colocación temporal de elementos publicitarios sobre andamios y vallas de edificios en reforma.
Esta ordenanza municipal se aprobó en Gasteiz para que las comunidades de vecinos pudieran ingresar un dinero extra que les ayudara a pagar las cuantiosas rehabilitaciones de edificios.
Ante la falta de peticiones, entiende el edil Óscar Fernández que el gobierno municipal tendría de promocionar más esta posibilidad. “Algo está fallando; esta ordenanza municipal está resultando ineficiente o es un fracaso”, califica Fernández. “Hay que repensar la ordenanza municipal”, añade.
Subraya el responsable de urbanismo que la normativa no está fallando, que lo importante es que la herramienta existe y está a disposición de la ciudadanía; otra cosa es que no se utilice.