Una semana inolvidable la vivida a principios de este mes por 45 alumnos y alumnas de 3º de la ESO del CEU Virgen Niña de Vitoria. Durante una semana –del 2 al 9– a través de su programa de inmersión, los estudiantes fueron partícipes de una memorable estancia en la costa sur de Inglaterra, concretamente, en la ciudad de Eastbourne, donde viven en torno a 100.000 habitantes.
¿El objetivo principal? Convivir en inglés para impulsar su aprendizaje. Y para hacerlo de un modo más efectivo, los escolares compartieron durante esos días techo con familias nativas y acudieron a dos colegios distintos por cuyos pasillos transitaban jóvenes locales. Centros “muy distintos” respecto a lo que ellos y ellas conocen aquí, en Gasteiz.
Sin ir más lejos, Izaskun Herrero (15), Lucía Caballé (14), Gonzalo Hernández (14) y Guillermo Espiñeira (14), son cuatro de los jóvenes protagonistas que han podido experimentar esta oportunidad y, a su vez, poner a prueba su nivel “B2+”. Todo ello, bajo la batuta de tres profesores del centro, entre ellos, Asier Jiménez, que imparte Tecnología en inglés.
Sin duda, tal y como cuentan, lo más difícil fue lidiar con la gastronomía británica. “Todo era congelado. Lo metían en el horno y listo”, comparte Hernández con este diario en una de las aulas del centro educativo. “Ponían patatas, siempre patatas”, añade Caballé, sentada a su lado, mientras las risas resuenan en la estancia. Por lo demás, una experiencia de diez que repetirían, sin duda.
Con los nervios a flor de piel
Antes de embarcar, estaban con los nervios a flor de piel. “Teníamos un poco de miedo por la familia que nos pudiera tocar”, admite Hernández. Y aunque al principio llegaron un tanto “cerrados, sin hablar mucho” con los propietarios de las casas, “al final te acabas soltando”.
“Al tener el nivel que tienen, se han podido apañar muy bien”, agrega el docente en este sentido. De hecho, esa soltura fue dilatándose a medida que transcurrían los días. “Hablábamos unas dos horas con la dueña de la casa después de cenar y era como si estuviéramos haciéndolo en español”, destaca Caballé.
Por otro lado, en el terreno educativo, y en concreto, sobre el formato en el que se desarrollaban las clases en las instalaciones anglosajonas, sorprendió a los estudiantes que “cada profesor daba la clase a su manera” y que eran los propios estudiantes los que debían moverse por distintos edificios para asistir a las lecciones. “Era casi como una universidad”, añade Jiménez.
Asimismo, la oferta de optativas, según comentan, no fue para nada escasa. Y es que pudieron disfrutar desde clases de danza o criminología hasta otras como fútbol o teatro. “No nos tocó hacerla, pero nos dijeron que tenían cocina como asignatura. De hecho, se extrañaban de que aquí no tuviéramos”, señala el profesor con cierta sorna.
Excursiones
Además de lo lógico, que en este caso fue explorar la ciudad que les dio cobijo, no faltaron excursiones adicionales a otros punto del territorio británico. Espiñeira destaca Londres por encima de todo. “Estuve de pequeño, pero no me acordaba mucho. Fue impactante”.
Asimismo, aprovecharon una de las tardes para recorrer los rincones de la ciudad de Brighton. “Es una ciudad que nos sorprendió mucho a todos, una ciudad universitaria con mucha gente joven, mucho movimiento cultural. Muy interesante”, comparte el docente. Además, en ese espacio de ocio libre que tenían por las tardes después de las clases, también se disfrutaron de un divertido rato en la bolera o deslizándose sobre el hielo. “Era la típica pista de patinaje que se ve en las películas americanas, con música, luces y un apartado que dispuesto de mesas y sofás para tomarse un café o descansar”.
En un mundo globalizado...
El bilingüismo está a la orden del día en el colegio gasteiztarra. Sin ir más lejos, según calculan, son en torno a “diez-doce” el total de horas que el alumnado se forma en inglés, con asignaturas como Tecnología, Educación Física, Biología y Dibujo además de la propia asignatura para estudiar el idioma.
“Uno de nuestros fuertes es apostar por un buen inglés. Todos salen de la ESO con nivel C1”. En este sentido, explica que el objetivo no es otro que “prepararles para lo que les viene en un mundo tan globalizado”.