Quejana, de medieval a contemporánea con elegancia y respeto
La propuesta ganadora del concurso de ideas para dinamizar el Conjunto Monumental plantea trocar el palacio en balneario, el convento en hotel-restaurante, y los espacios más emblemáticos en museo.
El pasado septiembre se abría a visitas, por primera vez en sus seis largos siglos de historia, el convento de San Juan Bautista de Quejana. Uno de los emblemáticos edificios del Conjunto Monumental de esta pequeña localidad ayalesa, adquirido por el ente foral en diciembre de 2022, por cerca de 2,7 millones de euros, a quienes habían sido sus custodias y moradoras: la Congregación de Madres Dominicas, desde que lo fundara Fernán Pérez de Ayala el 2 de diciembre de 1378, hasta su traslado a Ategorrieta (el convento de la orden en Donostia), en abril de 2008, por la falta de relevo vocacional y la elevada edad de las seis monjas de clausura que quedaban.
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Ni que decir tiene que –aunque las visitas organizadas por el Servicio foral de Museos y Arqueología tampoco pasaron por alto la imponente Torre del Canciller, erigida en 1399 y su no menos famosa Capilla de la Virgen del Cabello, donde el pasado octubre dio inicio un ambicioso proyecto de restauración de sus sepulcros históricos– el principal reclamo para las personas que lograron reservar alguna de las 1.170 plazas lanzadas era, sin duda, poder acceder a las dependencias del monasterio y poder conocer diversos aspectos de una vida comunitaria sí, pero literalmente, de espaldas al mundo.
Y es que así vivieron las monjas de Quejana, sin ventanas al exterior, y con la escasa luz que entraba del claustro central, donde tenían su huerto, delimitado por un pasillo de arcos también tapiados en algún momento del último siglo por aquello de poner freno al frío; y con una celosía que imponía una penumbra casi absoluta, en el pequeño cuarto que disponían para recibir visitas de familiares y allegados; como ocurría también con la reja del alto coro, desde el que seguían los oficios religiosos de la iglesia de San Juan Bautista.
Un templo, cuya cabecera se levantó a principios del siglo XVI y el resto en el XVIII, y único edificio del conjunto que no ha pasado a manos forales, dado que es la parroquia de Quejana, aunque también merece una visita, pues en su interior se hallan un interesante conjunto de retablos barrocos y los sepulcros de los hijos del canciller, Fernán López de Ayala y María de Sarmiento.
En definitiva, austeridad plena en cada rincón, desde cada diminuta celda o aposento, pasando por el refectorio o comedor –donde como única decoración, aun perduran y pintados, el escudo de los Ayala y el blasón de la orden dominica– hasta la magnánima sala capitular. La principal estancia de todo convento, donde se reunían presididas por la madre superiora parar tratar los asuntos de cada jornada, y única dependencia en la que se permitieron cierto boato, plasmado en las molduras del techo.
Propuesta de futuro
Precisamente, han sido estos espacios: el antiguo claustro del convento, la Torre de la Virgen del Cabello, la sala capitular y los coros altos, los que la propuesta ganadora del concurso de ideas lanzado por el ente foral para hacer de Quejana el motor del desarrollo económico-turístico de la comarca de Aiaraldea, plantea tan solo restaurar para su conservación y puesta en valor, de forma que sean el museo del enclave o el espacio público visitable.
“El Complejo Monumental de Quejana es un conjunto histórico de la época medieval que atesora una arquitectura de alto valor cultural y artístico, que no deja indiferente. Desde el primer momento que lo vimos supimos que debíamos participar de algún modo en su rehabilitación y transformación”, ha indicado Estela Roca Rom, socia y fundadora del estudio Blanc Arquitectura de Catalunya, ganadores del citado certamen, premiado con 20.000 euros.
Con todo, su propuesta de intervención no es ni mucho menos conservadora sino que, como indica su nombre Quejana Contemporánea, tiene por objetivo principal que “el máximo de personas puedan disfrutar de esta joya medieval, al tiempo que conseguir generar el máximo de beneficio económico posible para hacer el proyecto rentable”, han explicado desde el estudio catalán, que también ha querido matizar: “Nuestra intervención busca ser lo más elegante, pertinente y respetuosa posible con la arquitectura existente y, para ello, se analizan cada uno de los niveles de protección patrimonial del complejo y se adapta la propuesta con diferentes grados de intervención, teniendo en cuenta la particularidad de cada edificación”.
De aquí que el grado de intervención en los espacios históricos más emblemáticos sea el más conservador; mientras que para las alas del antiguo convento es más propositivo, pues plantea situar en ellas las habitaciones de un hotel-restaurante haciendo uso de un sistema de box in box, que permite alojar una construcción contemporánea dentro de la patrimonial histórica. Es decir, “el respeto a la arquitectura histórica se ejemplifica con un gesto: la nueva edificación se separa de la existente, como muestra de respeto y para propiciar su contemplación”, han aclarado.
De palacio a balneario
Asimismo, el tercer grado de intervención supone la sustitución del Palacio Casa Solar Ayala o convento nuevo, que ya era de propiedad foral, y es donde ha estado habilitado en los últimos años un pequeño museo, por un balneario, aprovechando que el edificio es el único sin un nivel de protección específica, ya que fue reconstruido en el siglo XIX debido a un incendio. “Los nuevos espacios propuestos pretenden ser altamente poéticos, evocar valores como la simetría, el respeto al patrimonio y la contemplación del entorno natural”, han apostillado desde Blanc Arquitectura.
Para lograrlo, propone diferenciar la arquitectura contemporánea de la histórica y patrimonial a través de la contraposición de los materiales, de modo que el peso, la irregularidad y la tradición se contrapongan a la ligereza, la simetría y la contemporaneidad. Eso sí, estamos ante una propuesta que podría verse modificada en todo o en parte, ya que es un concurso de ideas y no un proyecto arquitectónico. De hecho, desde la Diputación Foral de Álava ya han explicado que, a partir de ahora, trabajarán en la búsqueda e identificación de promotores que con colaboración público-privada puedan estar interesados en desarrollar proyectos que permitan poner en valor el conjunto monumental de Quejana y el impulso económico de la comarca ayalesa.
Un planteamiento abierto que tomará en consideración, además de la idea ganadora, algunos de los contenidos presentados al concurso y que puedan ser compatibles con otras iniciativas que puedan surgir. En este punto, cabe recordar que el concurso de ideas recibió cuatro propuestas de las que, en segundo lugar y con una dotación económica de 10.000 euros, quedó la denominada Ecos de la Historia de la empresa Studio Mistura SLP, que plantea un parador, un restaurante de alta calidad, un centro de interpretación histórica del linaje de los Ayala, además de eventos culturales, turísticos y visitas guiadas.
Criterios de valoración
Para valorar las propuestas presentadas se han tenido en cuenta criterios como la solidez y el nivel de desarrollo de las mismas, el impacto para el desarrollo económico y social de la Cuadrilla de Ayala y sus municipios, y el impacto para la imagen del Territorio Histórico de Álava; así como la viabilidad técnica, legal y de coste analizados desde el punto de vista arquitectónico, constructivo y urbanístico de la rehabilitación o restauración del espacio.
En este sentido, el jurado ha considerado que la de Blanc Arquitectura es la de mayor viabilidad económico-financiera, ya que presenta un gran potencial para impactar positivamente desde el punto de vista turístico, y, por tanto, económico y social en la comarca. La ganadora “es una propuesta que responde al objetivo planteado en el concurso de identificar usos públicos, privados o con colaboración público privada que pongan en valor el Conjunto Monumental de Quejana”, ha destacado el diputado general, Ramiro González.
Éste también ha insistido en que “tiene que servir de palanca y de estímulo para identificar o captar futuras acciones lideradas por la iniciativa privada y la colaboración pública para poder realizar la rehabilitación respetuosa con esos valores y contribuir al desarrollo y diversificación económica de Aiaraldea. Y, también, posicionarse como un espacio singular y de referencia en la comarca, más allá de las actividades tradicionales, a la vez, que aporte imagen e identidad tanto a la comarca como al Territorio”, ha remarcado.