Síguenos en redes sociales:

Los educadores de calle de Vitoria detectan un preocupante aumento de los discursos de odio

A través de redes sociales, carteles o por el boca a boca observan cómo hay más mensajes racistas, machistas o LGTBIfóbicos entre jóvenes

Los educadores de calle de Vitoria detectan un preocupante aumento de los discursos de odioCedida

Los educadores de calle están detectando un preocupante aumento de los discursos de odio entre los jóvenes de toda Europa. Con el fin de combatir estos mensajes, tanto en la calle como en las redes sociales, y ayudar a contrarrestar el surgimiento de violencias específicas contra determinados grupos de personas, Vitoria acogió entre el 21 y 25 de octubre, en Emakumeen Etxea, el encuentro Waiving Glances-Tejiendo Miradas, promovido por la cooperativa Irsearaba y Dynamo International (la red internacional de educadores de calle) y cofinanciado por los fondos europeos Erasmus+, en el que participaron 32 de estos profesionales de 13 países del Viejo Continente.

Por esta razón, uno de los grandes objetivos de este evento, que nunca antes se había organizado en la capital alavesa, consistía en dar formación específica para afrontar los bulos y la desinformación con el fin de dotarse también de herramientas de análisis desde la perspectiva interseccional, esto es, no solo sobre inmigración y racismo, sino también sobre género, “profundizando en la toma de conciencia y el pensamiento crítico y decolonial”.

Detalle del encuentro

Prevención

En Gasteiz, sin ir más lejos, como explica Idoia Martínez de Lahidalga, la persona referente en el proyecto Tejiendo Miradas y coordinadora del Programa municipal de Educación de Calle, que cuenta con 21 profesionales, repartidos por las 10 zonas de la capital y que se ubican en los centros cívicos, dentro de los equipos de los servicios sociales de base, también han ido observando cómo proliferan esos discursos de odio a través de las redes sociales, el boca a boca, cartelería e incluso directamente son los chavales quienes les trasladan los mismos.

Un ejemplo, como ilustra, son “los carteles que han ido saliendo en este último tiempo en diversos barrios, señalando al inmigrante, como aquel que viene a generar disturbios de convivencia”. Y en las redes sociales, también ya se están generalizando los mismos, “porque hay instagramers y otros influencers que están sacando pequeños reels(un vídeo corto que se puede crear y compartir), diciendo que lo normal es esto, hablar en estos términos, desde el racismo, a mensajes LGTBIfóbicos, de religión, de género...”.

¿Pero por qué aumentan estos discursos de odio? Martínez de Lahidalga responde que porque ahora “se ve como más fácil hablar en estos términos, como si fuera políticamente correcto y ya no hubiera vergüenza en decir lo que piensan algunos.Y eso es el miedo que nos está dando porque por las redes sociales también se está viralizando de forma muy fácil, con discursos que calan y que se interiorizan fácil. Se intenta contrarrestar eso desde la educación de calle y desde otros sectores”.

Estar de acuerdo con el mensaje

En ocasiones, los propios jóvenes con los que trabajan, en su mayoría adolescentes en riesgo de exclusión, están de acuerdo con el mensaje de odio porque no conectan con el origen del mismo, “y les cuesta entender la transcendencia que tienen esos mensajes” y qué consecuencias podría tener en ellos mismos y en sus entornos de proximidad.

“Y pueden sugerir que pueden estar de acuerdo. Como está en todos lados, la propia persona que también vive situaciones de vulnerabilidad, también puede ocurrir que lo asuma y que diga que tú que eres más vulnerable aún, que estás haciendo daño en la convivencia. El otro día, una compañera decía que igual no llegaban a empatizar porque les cuesta más con personas en exclusión social grave”, añade.

Como dice, eso pasa también con el tema del machismo, “ya que hay mujeres que pueden entender que cuando romantizamos una relación, que el hecho de que estén conectados constantemente contigo y que te pregunten qué tal estás y a qué hora has llegado a casa, es amor. Y lo mismo puede pasar con estos discursos: cuando decimos que es verdad que hay algunos que vienen a esto o a lo otro. Igual tenemos que pensar que está pasando allá, que tú has tenido la oportunidad de venir aquí desde pequeño... ”.

Participantes del encuentro

Por eso mismo, la formación incluyó también el módulo de género y feminista, además del intercultural sobre migraciones o el de cómo se manifiesta el racismo, para poder analizar e integrar esa perspectiva, desde la interseccionalidad.

“Ha sido más bien teórico porque necesitábamos crear la base para crear instrumentos, cada uno en sus propios países, y desde sus propias realidades y perfiles de población que se asemejan porque no es todo igual”, precisa.

"Crear red"

Con el fin de evitar estas situaciones de riesgo, los educadores de calle de Gasteiz intentan “crear red” para tratar de trabajar con otras organizaciones y agentes sociales, también desde la formación comunitaria de los centros cívicos, “teniendo en cuenta que trabajamos dentro de los servicios sociales de base”, para poder crear acciones que sean de sensibilización de la ciudadanía.

“Hemos hecho cosas variadas, como, por ejemplo campañas de buen trato, a través de los barrios donde hemos hecho murales, no solo con chavales de Educación de Calle, sino también con jóvenes de organización de tiempo libre. La última ha sido con la Asociación de Amigos y Amigas de la RASD (organización de solidaridad y cooperación con el Pueblo Saharaui que surge tras la invasión del territorio por parte de Marruecos y Mauritania en 1976), pero también se han hecho muchas alianzas con los centros Bizan para trabajar el tema intergeneracional con las personas mayores. Porque a todos, incluyendo los mayores, nos viene bien ir ampliando los horizontes”, destaca Martínez de Lahidalga.

El programa

En concreto, el Programa de Educación de Calle de Vitoria trabaja a tres niveles: individual (mediante conversaciones formales e informales y tratando ciertos temas, según la inquietud con la que vengan), grupal (realizando actividades que llaman mediaciones con el objetivo de que si hacen cocina, no solo se trate de aprender a cocinar, sino de que sepan cómo tratar y gestionar sus emociones y frustración.

“Por ejemplo, si sale que ahora mismo al instituto han llegado tres personas nuevas y son muy disruptivos o si, por el contrario, somos nosotros, tratamos ese tema”, ejemplifica.

El tercer nivel es el comunitario (incluyendo otras organizaciones para tratar este tema). Se organizan en los centros cívicos o en sedes de asociaciones, como en un centro de Cáritas haciendo una actividad con Afrikaldi el otro día, con asociaciones vecinales, o en centros escolares del barrio...

VALORACIÓN DEL ENCUENTRO

Y pese a que era la primera vez que Vitoria acogía un encuentro europeo así, de Erasmus +, aunque sí que habían participado antes en muchos organizados por otros colectivos asociados a Dynamo International, la valoración ha sido “muy positiva”.

Y eso, teniendo en cuenta que han tenido que hacer mucho trabajo relacionado con la logística, puesto que eran más de 30 los educadores de calle que venían a la capital alavesa, “pero han participado muchos y a nivel de cohesión también ha estado muy bien. Los participantes también dicen que la formación ha sido muy interesante y necesaria y que respondía también a las necesidades detectadas en sus propios países”.