La familia Vedruna de la ciudad de Vitoria está de luto por el fallecimiento de una de sus religiosas más admiradas tanto por profesores como por varias generaciones de estudiantes del colegio del Sagrado Corazón de Jesús.

Se trata de la hermana Adoración, fallecida en la tarde del día de los Difuntos –el pasado sábado– a los 98 años de edad.

“Lúcida como siempre ha sido, cariñosa con todos, buena profesora de sus alumnas y religiosa ejemplar, hoy recordamos a nuestra querida hermana Adoración, quien ya está seguro en el Cielo abrazada por Jesús”.

Así la ha descrito la hermana Inés, la superiora de esta congregación, a esta monja en su funeral celebrado en la mañana de este lunes en la iglesia del convento que las Carmelitas Vedruna tienen en la calle Ramón y Cajal.

Apoyo en extraescolares

Hasta hace solo cuatro meses, la hermana Adoración residía en la casa que la comunidad tiene en el colegio. Allí vivió siendo profesora y tras jubilarse, permaneció ayudando en tareas pastorales y puntualmente apoyando con clases extraescolares en asignaturas de Ciencias.

Fue profesora de las materias de Física y Química durante más de 40 años en este centro educativo, por lo que han sido varias las generaciones de vitorianas que han sido formadas por ella en este campo.

El pasado junio se trasladó al convento de Ramón y Cajal, al contar con enfermería para una mejor atención debido a su avanzada edad.

Su historia

Natural de Medina del Campo, en Valladolid, nació en el año 1926 en el seno de una familia creyente.

Era la primera de tres hermanas y en la escuela destacaba por su destreza con las matemáticas, pero también sobresalía por su carácter bondadoso y acudía a misa de manera semanal.

Si bien, quiso hacerse religiosa una vez que acabó sus estudios de la carrera de Químicas en la Universidad de Valladolid.

Tras superarlos con matrícula de honor, a los 26 años ingresó en el noviciado de la comunidad de las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna de Vitoria.

Desde los 28 años y hasta los 68, estuvo dedicándose a esta tarea académica con un plus: "el de su bondad, dulzura y cariño a todas sus alumnas del colegio vitoriano del Sagrado Corazón".

Muy devota de la Virgen María, presidió la congregación mariana de esta comunidad durante varios años, "mostrando que seguir a María es también seguir a Jesús".

Este lunes, las religiosas Vedruna de Vitoria y algunas antiguas profesoras y alumnas han podido acudir a la despedida que la comunidad ha organizado y en la que han participado sobrinos y familiares de la hermana Adoración.