Correos engañosos, llamadas sospechosas y ofertas alucinantes. Estos son algunos de los movimientos fraudulentos que circulan libremente a través de los distintos canales de un dispositivo móvil. Nada nuevo, puesto que la proliferación de estafas vía Internet es más que palpable en el día a día de los gasteiztarras. Sin embargo, tampoco deben quedar en el olvido las "clásicas", aquellas que se cometen a pie de calle; incluso a plena luz del día.

Para tratar de reducir el riesgo de ser víctima tanto de unas como de otras, el Departamento de Seguridad Ciudadana de Vitoria recopila en un extenso listado algunos de los timos más frecuentes que merodean en busca de ciudadanos capaces de caer en la trampa.

Son un total de 16 los fraudes que contemplan desde la Policía Local de Gasteiz y, advierten de que la "imaginación de los estafadores" así como la confianza con la que actúan algunas víctimas", no deja de sorprender a los agentes. En este sentido, recuerdan que es imprescindible "desconfiar siempre del dinero fácil".

1. Timo de la estampita

La víctima es abordada por una persona que aparenta ser disminuida psíquica y que le enseña una bolsa llena de billetes diciéndole que son estampitas. En ese momento se acerca la persona cómplice y convence a la víctima para que le compre la bolsa al timador o timadora, ofreciéndose incluso a acompañarle al banco para que no le pase nada. Cuando la persona estafada abre la bolsa comprueba que no contiene billetes, sino recortes de papel.

2. Timo del tocomocho

La denominación de éste timo se debe a la pregunta que hace el timador a su cómplice: ¿tocó mucho? La estafa suele ocurrir en lugares de mucho tránsito (estaciones, cajeros, etcétera.) Una persona se acerca a la víctima con un billete de lotería premiado y que dice no puede cobrar por falta de tiempo. El autor del timo se ofrece a venderlo por mucho menos del premio que contiene.

Para dar mayor credibilidad aparece la persona cómplice que suele afirmar la autenticidad del premio exhibiendo un listado de boletos premiados en un periódico antiguo. La víctima accede a aportar la cantidad que le piden por el billete premiado y cuando va a cobrarlo a la ventanilla de la lotería comprueba que es falso.

Cartel Informativo del Timo Tocomocho

Cartel Informativo del Timo Tocomocho Cedida

3. Timo de las participaciones de lotería

Las personas estafadoras venden participaciones de lotería incrementadas con un donativo para cualquier fin altruista de un número que además no poseen.

4. Timo de las inversiones que te hacen millonario

En este caso, el timador se hace pasar por un experto corredor de bolsa e informa a la víctima confidencialmente de que tiene información privilegiada sobre ciertas compañías que van a subir en Bolsa.

Advierten que suelen ser personas persuasivas y con grandes dotes de comunicación, y en los que las víctimas terminan confiando todos sus ahorros. Una vez que se ha depositado en ellos el dinero puede ocurrir que embaucador desaparezca o que las inversiones no se correspondan con lo pactado y la compra real de acciones sea muy inferior al dinero aportado.

5. Timos con regalos y premios

La víctima recibe una llamada, una carta o un e-mail donde se le informa que ha ganado un sorteo o que una empresa ha decidido hacerle un regalo. Para más información debe llamar a una línea 906.

Generalmente en este número le informarán de una convocatoria a una presentación comercial de determinado producto y cuya asistencia es indispensable para recibir el regalo. Éste suele consistir en varias noches de hotel en temporada baja con la condición de abonar la comida, la cena y unos supuestos gastos de gestión o bien la confirmación de un fantástico regalo del que únicamente habrá que pagar unos gastos de envío sospechosamente altos.

Puede ocurrir también que en este teléfono un mensaje grabado le pida que se mantenga a la espera indefinidamente porque todas las líneas están ocupadas.

6. Timo del anuncio de alquiler

Los timadores o timadoras alquilan un piso con nombre falso y a continuación lo realquilan a toda persona que pague las dos mensualidades de garantía que establecen en el contrato ficticio. En ocasiones, la estafa ha llegado a alcanzar a doce personas para un mismo piso y en apenas unos días.

7. Timo del atropello

El estafador se abalanza sobre un coche en un semáforo o paso de cebra y finge haber sido atropellado. El conductor, generalmente una persona mayor, se baja para socorrerle, que consigue una suma de dinero para evitar la denuncia. A veces, incluso un segundo timador, aprovecha el nerviosismo de la víctima para sustraerle la cartera o robar en el interior del automóvil.

8. Timo de la oferta de trabajo

Son innumerables los anuncios de trabajo que utilizan las páginas de los periódicos y la necesidad de las personas en paro para hacerse ricos. En algunos casos el número de teléfono de contacto remite a la víctima a un 906, donde le retienen al teléfono haciéndole innumerables preguntas o manteniéndola en espera hasta que se aburre y cuelga. En otras, se le solicita una cierta cantidad de dinero, no mucha, por la información adicional para poder optar a un puesto de trabajo que en realidad no existe.

9. Timo de la mancha

Tiene lugar en la calle y los autores suelen ser dos o tres carteristas. Uno de ellos se acerca a la víctima potencial y le lanza sobre la ropa de forma descuidada una sustancia que manche. El momento de la sorpresa es aprovechado por otro estafador para acercarse a la víctima y ofrecerse a limpiarle la mancha, momento que aprovechará para sustraerle la cartera.

10. Timo de la silicona en el cajero

La persona estafadora bloquea con silicona la ranura por la que sale el dinero de un cajero automático, y se coloca en las cercanías. Tras uno o varios intentos de uso, retira la silicona y con un alambre saca el dinero acumulado.

Otra variante consiste en bloquear la salida de la tarjeta. El estafador que está operando en el cajero anexo se ofrece a ayudar a la víctima, ofreciéndole un teléfono de contacto con la central de anulación de tarjetas bancarias. La víctima llama a ese teléfono, al que contesta un cómplice que haciéndose pasar por empleado del banco.

En este sentido, le pide un número de ocho cifras en el que las últimas cuatro sean las claves de su tarjeta. A continuación le indica que no se han realizado movimientos en su cuenta y que la tarjeta queda bloqueada para que se vaya tranquilo. Cuando la persona timada se aleja del cajero, el timador retira la tarjeta y la utiliza libremente. Ya conoce las claves.

11. Timo del lazo libanés

Los timadores introducen el "lazo" que suele ser una cinta magnética, generalmente película de casetes de vídeo, para que el cajero no reconozca la entrada de una tarjeta. Cuando la víctima llega al cajero para realizar cualquier transacción comprueba enseguida que se ha quedado atascada en la ranura y que no puede operar. En ese momento el estafador, que se encuentra en las cercanías, se ofrece a ayudarle y le facilita su teléfono móvil para llamar al que dice es el número de la entidad bancaria en cuestión.

Al otro lado de la línea se encuentra un cómplice, que le pide a la víctima que marque en el cajero ocho cifras, las cuatro que él le dice y las cuatro del número de seguridad de la tarjeta de crédito.

Realizada la operación, la víctima ve que, pese a todo, el cajero no devuelve la tarjeta de crédito, así que finalmente abandona el lugar. En ese momento los timadores aprovechan para recogerla y utilizarla a su antojo, pues ya conocen su código de acceso.

12. Timo del e-mail y la tarjeta VISA

La víctima recibe en su correo electrónico un e-mail en el que se le informa de que se va a cargar en su cuenta bancaria una compra hecha con VISA, que en realidad nunca se ha realizado. En el mismo correo se ofrece un teléfono, supuestamente gratuito, del tipo 90-6234567, que en realidad resulta ser un 906 muy caro. El fraude consiste en mantener a la víctima al teléfono el mayor tiempo posible.

13. Timo del duplicado de la banda magnética

A pesar de que las entidades financieras cada vez protegen mejor las actuaciones en sus cajeros automáticos, los delincuentes siguen ingeniándoselas para obtener duplicados de las bandas magnéticas de las tarjetas. Estos casos requieren de técnicas muy sofisticadas y, por lo tanto, proporcionan beneficios más jugosos.

Las víctimas poco pueden hacer, ya que a menudo los autores duplican a la perfección los sistemas de los bancos de manera que a los usuarios les resulta casi imposible detectar el fraude hasta que han sido víctimas del mismo.

Ante cualquier sospecha, lo más conveniente es evitar usar ese cajero y comunicarlo al banco para que compruebe una posible manipulación.

14. Timo del nazareno

El timador realiza varias adquisiciones de género en una empresa durante un tiempo pagando correctamente. Una vez ganada la confianza del vendedor, dado que ha adquirido un prestigio por la puntualidad de los pagos, solicita la adquisición de un importante lote de género, el cual se paga con un cheque sin fondos y a continuación desaparece de circulación.

En alguna ocasión, se han detectado autores de la estafa que trabajan en alguna empresa de prestigio y se valen de ella para realizar el pedido a nombre de la misma. Una vez que han recibido el género, desaparecen ambos, género y trabajador.

Otra versión de este mismo timo es aquel en el que el/la delincuente crea una sociedad mercantil que comienza a efectuar compras a proveedores, pagando las facturas de las primeras adquisiciones en efectivo, hasta que se gana su confianza.

Los proveedores están encantados con el pago en efectivo, así que no ponen pegas cuando les llega un pedido grande y la persona autora del fraude propone emplear como forma de pago letras de cambio y pagarés. Éstas, por supuesto, están domiciliadas en cuentas bancarias sin fondos y, antes de que venza el primer plazo, el timador ha desaparecido.

15. Timo del billete marcado

Se suele llevar a cabo en cafeterías o tiendas. El primer estafador paga con un billete grande de 50 euros, y minutos después, un segundo timador, entra y paga con un billete de 10 euros. Al recibir las vueltas, asegura que le han dado mal el cambio y comienza la discusión.

Al llegar el encargado, el timador recuerda que en el billete había anotado un número de teléfono, una dirección o la marca que hubiera puesto previamente. Se comprueba en caja y el dependiente entrega la vuelta de 50 €; pues, efectivamente el billete está allí.

16. Timo de la venta piramidal

Por último, el listado contempla este fraude que pretende hacer de la víctima un vendedor de un producto exclusivo y mucho más caro que los que con ese mismo fin existen en el mercado. El negocio que proponen los timadores no es que la víctima venda los productos directamente, sino que capte a más personas para que vendan y éstas a su vez a otras más, prometiendo un porcentaje de los beneficios que generen todas ellas.