Messi sigue siendo el rey de los cromos que los coleccionistas intercambian las mañanas de los domingos en la Plaza Nueva.

“El más cotizado de este año, el otro día vendí uno por 45 euros. La próxima temporada, todo apunta a que será Bellingham, el jugador del Real Madrid, y Mbappé, si al final viene del Paris Saint-Germain”, avanza Javi. 

Eso, en lo que a la actualidad futbolística se refiere, porque con el paso de los años, si la trayectoria del jugador se mantiene, los cromos siguen cotizando al alza y se llegan a pagar hasta 1.800 o 2.000 euros si son de hace años.

'Pelé' y Maradona

“Yo tengo camisetas firmadas por Pelé y Maradona que no te vendo, aunque me digas que mes das diez mil euros”, señala sin inmutarse.

Al igual que Juan Carlos, José y otros muchos adultos, en su caso, la compra-venta de cromos es ya al por mayor. 

Cambio de cromos en la Plaza Nueva. Pilar Barco

Estos coleccionistas tienen sus propios contactos en cualquier ciudad y hasta perfiles en Internet.

El mercado es a nivel internacional, con proveedores ya mayoristas, incluidas las compañías que lanzan las colecciones.

Y, por ahora, los que más pagan son “estadounidenses e ingleses; también los orientales”, explican. Todo un negocio montado, un dineral que marean en algunos casos.

A por los más difíciles

A su lado, en cambio, Gema e Isabel intentan conseguir los cromos que le faltan para finalizar la colección a Oier, su sobrino-nieto y nieto, respectivamente.

Es la primera vez que su abuela intercambia en la Plaza Nueva. En Pamplona, donde reside, sí que ha estado en alguna ocasión acompañando a su nieto, pero hoy tenía que venir a Vitoria y ha aprovechado la ocasión. 

“Ya he logrado un cromo. Pensaba que le faltaban más pero, al final, no son para tantos; una mañana en Pamplona conseguimos hasta 28, pero a medida que vas completando el álbum es más difícil”, apunta. 

Cuatro por uno

En estos casos, si algún niño tiene un jugador difícil, ya sea balón de oro o alguno de los escasos cromos firmados por el futbolista, su valor se dispara. “Pides cuatro por uno”, detalla.

Rubén es uno de esos niños que los domingos acude con su aita a la feria de coleccionismo.

Además de intercambiar cromos, vende los que les sobran, los repetidos, pero a un nivel más infantil, a tres o cinco euros.

Cambio de cromos en la Plaza Nueva. Pilar Barco

“Ya solo me faltan los más difíciles, los que cotizan a 40 euros y hasta a 200 si están firmados o son de una edición limitada”, cuenta.

La mayoría de los álbumes son de fútbol: liga, competiciones europeas, colecciones especiales, actualizaciones, etc. Ahora está de moda Adrenalyn.

“Es un juego, viene con tablero y se puede jugar en mesa y también online; los jugadores se van posicionando y cada uno tiene un valor, desde un euro hasta...”, explica Juan Carlos. 

También hay algunas colecciones de dibujos animados, pero la inmensa mayoría son de fútbol. En Vitoria hay coleccionistas que solo cambian jugadores del Alavés, y este año porque no estaba el equipo femenino si no, las chicas también habrían tenido éxito”, entiende.

Cambio de cromos en la Plaza Nueva. Pilar Barco

“Aquí vienen abuelos, padres, hijos, de todo; algunos se gastan buena parte de la pensión y entre los chavalitos también hay algunos que saben muy bien cómo va la vaina y si tienen un jugador bueno, no lo sueltan”, añade.

Coleccionistas de mecheros

En el mercadeo de la Plaza Nueva tienen cabida igualmente otro tipo de coleccionistas que los domingos rebuscan entre los puestos calendarios, libros antiguos, cómics, discos, abalorios, crucifijos, postales y hasta mecheros.

Iñigo vende todo tipo de artículos que la gente ya no quiere en su casa. Lo hace en su puesto de la Plaza Nueva por el que abona al Ayuntamiento 120 euros al año. Y no solo en Vitoria.

También en Pamplona, donde trabaja en la señalización de carreteras, y en Hondarribia.

“Para mí es un hobby, de lunes trabajo y los fines de semana me dedico a esto. Se vende todo. Hay mucha gente a la que le encanta venir y llevarse algo por uno, dos, cinco o veinte euros”, asegura.

Lo que sobra en casa

“Hay artículos desde uno hasta 150 euros. Los relojes, por ejemplo, valen mucho dinero, sobre todo si son de oro, pero no te llegan todos los días”, reconoce. 

Álbunes con cromos repetidos que se venden. Pilar Barco

Las mesas de Iñigo y del resto de coleccionistas instaladas bajo los arcos de la plaza lucen repletas de artilugios puestos a la venta cuando las familias deciden vaciar una vivienda o desprenderse de artículos antiguos almacenados las casas de los abuelos durante años.

Lo mismo hay linternas, piezas de bronce y retratos de la Virgen Blanca que juguetes, linternas, cuadros y hasta batidoras y planchas. 

Mercado de coleccionistas en la Plaza Nueva. Pilar Barco