La exposición Defensoras de la naturaleza forma parte de la campaña Somos Amazonía, defendamos nuestra casa común y en ella, a través del testimonio de 10 mujeres defensoras de la naturaleza y de los retos que enfrentan a diario, se denuncia cómo "nuestros modos de producción y consumo globales no tienen en cuenta el cuidado de la naturaleza; y, además, ignoran las contribuciones de las mujeres a los cuidados y con ello ponen en peligro la sostenibilidad de la vida en todo el planeta".
Esta exposición constituye una de las actividades del proyecto de sensibilización Gota a gota, defendiendo los derechos, impulsado por Medicus Mundi Araba y Fundación Alboan con financiación del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Álvaro González, coordinador del área de Dinamización Social en Alboan, habla sobre la importancia de esta exposición.
‘Defensoras de la naturaleza’ ya está en Vitoria en el centro cívico Iparralde hasta el 25 de este mes. ¿Qué acogida está teniendo?
–Creemos que la exposición está teniendo una buena acogida. Lo cierto es que esta exposición ya ha estado por otros municipios vascos, y en general a la gente le gusta poder acercarse a la realidad de las defensoras, tanto de aquí como de la Amazonía. El formato audiovisual creo que ayuda a eso.
¿Cuál es el objetivo principal de esta exposición?
–El objetivo es sensibilizar a la ciudadanía sobre el vínculo que existe entre nuestros estilos de vida y la deforestación y la violación de los derechos humanos en la Amazonía. Entender que aunque no lo parezca, nuestra forma de vida tiene un impacto en otros lugares, en la vida de las personas y de sus territorios.
¿Cómo surgió la idea de crearla?
–En Alboan siempre hemos apostado por la sensibilización de la ciudadanía como una forma de cambiar las actitudes y de fomentar un compromiso con la justicia, en este caso con la justicia socioambiental. Por eso, entre otras muchas actividades, una de las que hemos utilizado de manera recurrente es la de las exposiciones. Siempre intentamos acercar la realidad de los pueblos del Sur, intentando explicar las dinámicas globales que permiten que unos territorios prosperen a costa de otros. En este caso, llevamos tiempo acompañando el trabajo de distintas organizaciones presentes en la Amazonía, y ellas nos hicieron ver el papel tan importante que están jugando las mujeres allá para proteger su tierra y sus comunidades, y también el precio que están pagando por ello. A partir de ahí, pensamos en este formato, para presentar no sólo testimonios de defensoras de la Amazonía, sino también de las que tenemos aquí en Euskadi y Navarra, y lograr así acercar a la ciudadanía vasca una realidad que puede parecer más lejana y ajena de lo que realmente es.
“En Alboan siempre hemos apostado por la sensibilización de la ciudadanía”
¿Qué testimonios relata ?
–Durante los últimos dos años las mujeres que forman parte de la exposición han vivido un proceso de encuentro, de diálogos interculturales y aprendizaje mutuo, en el que, desde sus miradas ecofeministas, han compartido luchas, retos, ideas, iniciativas para enfrentar la realidad socioambiental de cada contexto. A pesar de la diversidad del grupo, existen muchas luchas comunes. Y eso es precisamente lo que relata la exposición: reconocer lo que nos une e iguala y generar vínculos para fortalecer las claves ecofeministas que rompan con el modelo de desigualdad y explotación del planeta e incidan en la urgencia de poner a las personas y a la naturaleza en el centro de la vida.
¿Nuestros modos de producción y de consumo tienen en cuenta el cuidado de la naturaleza?
–Creemos que nuestros patrones de producción y consumo tienen que cambiar. Estos patrones responden a una lógica de crecimiento infinito que lleva a nuestro planeta, y las personas que lo habitamos, a un precipicio. Sin embargo, también pensamos que un consumo más consciente, los circuitos cortos de comercialización, el consumo local en el propio territorio, la economía circular… Son elementos que nos pueden ayudar a que nuestro consumo sea parte de la solución, y no del problema.
“Creemos que nuestros patrones de producción y consumo tienen que cambiar”
¿Por qué ponen en peligro la sostenibilidad de la vida en todo el planeta?
–Porque hemos llevado nuestros niveles de consumo a un punto en el que el planeta simplemente no es capaz de reponer todos los recursos que vamos utilizando para producir tantas cosas, muchas veces superfluas, que luego acaban como basura. Por ejemplo, toda la cultura del usar y tirar, puede ser muy rentable para las grandes empresas, pero es incompatible con tener un medioambiente sano.
¿Cómo podríamos mejorar?
–En mi opinión, una de las claves pasa por consumir menos. Por ejemplo, con los aparatos electrónicos, estamos acostumbrados a cambiarlos cada poco tiempo, no porque dejen de funcionar, sino porque ya no son los más modernos o los que más prestaciones ofrecen. Más allá del tema del consumo, hay otras muchas cosas que se pueden hacer. Tener una visión crítica de la realidad, implicarnos en tratar de solucionar aquello que no nos gusta, ejercer una ciudadanía crítica, son maneras de aportar al cambio que necesitamos. Lo cierto es que ya se están haciendo un montón de cosas, y muchas organizaciones estamos apostando por distintas alternativas, pero necesitamos gente para hacer masa crítica y tener más fuerza.
"Podemos cambiar nuestro consumo en dos facetas"
¿Cómo podemos ser más sostenibles?
–Como decía, pensar en si realmente necesitamos algo antes de comprarlo es un buen primer paso. Pero más allá de eso, hay infinidad de pequeños detalles que suman, como reutilizar cosas que de otro modo serían basura, utilizar el transporte público en lugar del privado, consumir productos de Comercio Justo… Podemos cambiar nuestro consumo en dos facetas. Por un lado, consumir menos siempre que sea posible, plantearnos continuamente cuántas de las cosas y servicios que utilizamos son necesarios para tener una vida plena. Por otro lado, ejercer el máximo del consumo posible en los circuitos de la Economía Social y Solidaria.
“Yo creo que la gente está más dispuesta a escuchar alternativas a estos estilos de vida”
¿Estamos preparados para estos cambios a nivel de sociedad?
–Creo que cada vez hay más gente que se da cuenta de que el modelo de desarrollo actual, basado en el lucro económico caiga quien caiga, no está haciendo que vivamos en sociedad más felices, ni nos está proporcionando vidas plenas. Más bien lo contrario, yo creo que la gente está más dispuesta a escuchar alternativas a estos estilos de vida. Por eso desde Alboan, Medicus Mundi, y un montón de organizaciones por todo el planeta estamos tratando de plantear cómo podrían ser esos otros modos de vida que nos ayuden a tener vidas plenas para todas las personas, respetando nuestra casa común, la Tierra.
¿Qué podría ocurrir si el conjunto de la sociedad nos negamos al cambio?
– A estas alturas no creo que tengamos opción a “negarnos al cambio”. Los procesos de deterioro ambiental, con el cambio climático a la cabeza, nos van a obligar necesariamente a consumir menos energía para poder vivir. Los escenarios que se abren son varios. Algunos pueden ir en la línea de decrecer de una manera consensuada, protegiendo a las personas y comunidades que peor lo están pasando, dando valor a los cuidados, buscando soluciones comunitarias. Otros pueden ir en la línea del sálvese quien pueda, de manera que los que más tienen se puedan permitir buscarse sus propias soluciones mientras que otras muchas quedan abandonadas a su suerte. No creo que el futuro esté escrito, dependerá de las respuestas que demos las personas, y de la capacidad que tengamos de pensarnos colectivamente.
