El histórico parque de La Florida no ha querido dejar escapar ningún detalle para que sus ciudadanos reciban la Navidad como es debido. Y es que, este año, el jardín de la capital alavesa ya luce al completo gracias a la reciente inauguración de la pista de hielo alrededor del quiosco, a los puestos artesanos navideños de Aenkomer y, por supuesto, al tradicional belén monumental que, cada año, atrae a locales y visitantes.

El Belén de la Florida es uno de los reclamos navideños en Vitoria Pilar Barco

Con el Misterio, la Anunciación y la imagen de un arriero con burro, el nacimiento inició su andadura un 24 de diciembre de 1962, en una Vitoria completamente gélida que llegó a registrar 18 grados bajo cero.

Años posteriores, en 1974 eran visibles un total de 50 figuras con los grupos más importantes. Inicialmente, tal y como recoge el Ayuntamiento de la ciudad en su portal digital, las figuras eran de escayola, realizadas con yeso, al igual que en la mayoría de los nacimientos familiares.

Sin embargo, fue en el año 1985 cuando comenzaron a fabricarse en poliéster y fibra de vidrio, más resistentes a la climatología además de facilitar su transporte y restauración.

Hay quienes tuvieron la suerte de conocer el belén desde sus inicios. Toda una generación de veteranos gasteiztarras que han querido compartir con este periódico algunas anécdotas enmarcadas en su infancia.

“Cuando era niño venía a jugar aquí. En La Florida conocí a mi primer amor”, señala Juan Carlos DNA

“No tiene nada que ver en comparación con año atrás. Ahora está precioso. Da gloria verlo”, rasegura Mari Carmen DNA

“Muchas veces no sabemos lo que tenemos aquí, y nos damos cuenta al volver de fuera”, destaca Miguel Ángel DNA

“Recuerdo cuando lo empezaron a montar”, apuntaba Juan Carlos, nacido en el entorno cercano al parque de El Prado y criado en la calle Sancho el Sabio. “Cuando era niño venía con mi cuadrilla de amigos a jugar aquí”, contaba. Asimismo, el veterano recordaba el primer destrozo que sufrió el nacimiento a manos de unos “hijos de ricos” y los posteriores “rayos que cayeron y que se llevaron por delante dos pinos gigantes”.

Junto a la salida que apunta a la Catedral Nueva, Mari Carmen, que actualmente vive en la calle San Antonio, caminaba con su carro de la compra a través del nacimiento contemplando y deteniéndose en algunas de las figuras que llamaban su atención. O quizás echando la vista atrás hacia un belén muy distinto al que conoció. “No tiene nada que ver”, remarcaba. “Ahora está precioso. Da gloria verlo”, matizaba.

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En imágenes: El belén de La Florida recibe la bendición del Obispo ALEX LARRETXI

Asimismo, la veterana recalcaba que antiguamente la tradición fijaba construir los nacimientos dentro de las distintas iglesias de la ciudad, que eran los que esta generación acostumbraba visitar. “Ahora ya poco o nada”, afirmaba.

Lo cierto es que la ruta no deja de sorprender a ninguno de ellos, ya sea motivados por la búsqueda de una nueva pieza o algún cambio que les sorprenda. A Miguel Ángel le hace especial ilusión recorrer sus pequeñas callejuelas porque es algo “que ha vivido todos los años desde que tiene uso de razón”. “Es precioso, cada vez está mejor”, destacaba en el paseo matutino del pasado martes aprovechando que no había un gran tráfico de visitantes. 

“Yo nací en el 61, un año antes de que comenzara su construcción”, explicaba el hombre. Desde entonces, acude todos los años. Incluso cuando trabajaba, solía pasarse por allí en sus ratos libres. “Es solo una vez al año, hay que aprovechar”, destacaba. Y no solo cuenta con las distintas modificaciones y mejoras del nacimiento en su memoria, sino que se apoya en su álbum de fotos, algo que le permite rememorar aquellos momentos con mayor detalle. “El belén ha cambiado mucho, antes había unos reyes que llevaban corona”, rememoraba.

Mayores y pequeños en el Belén de la Florida Pilar Barco

“Darle un impulso”

Ahora, ha querido trasladar la tradición al resto de su familia. “Por las tardes suelo venir con mi mujer y mi nieta. A los críos pequeños les gusta ver el nacimiento del niño Jesús”, concretaba. Un plan que también comparten los veteranos Juan Carlos y Mari Carmen con los suyos, con la intención de mostrarles el paso a paso del nacimiento, su historia, sin perder detalle.

Como es habitual, siempre hay pequeños matices a mejorar. Y es que, a pesar de continuar visitando sus rincones con especial ilusión, Miguel Ángel cree que es necesario “darle un impulso” para atraer más visitantes del territorio nacional. “Es de los más grandes y bonitos, y sin embargo, no es tan conocido”. “Quizás existe una falta de iluminación. Hay figuras que no se aprecian tan bien”, destapaba.

Una opinión similar compartía Javier, que paseaba tranquilamente con su perro por una de las vías centrales del nacimiento. “Alguna vez que he venido con los críos por aquí de noche si que he sentido que le falta iluminación”, exponía.

Visita al belén monumental de La Florida

Asimismo, al carro de posibles mejoras añadía la renovación de las figuras actuales así como la aportación de nuevas piezas. “Como por ejemplo la idea de poner la cueva o la cascada”, especificaba Javier. “Le da un toque renovado”, señalaba por otro lado Miguel Ángel. Aún y todo, lo cierto es que el belén de Gasteiz continúa impresionando no solo a turistas, también a ciudadanos locales que apuestan por su recomendación. “Muchas veces no sabemos lo que tenemos aquí, y nos damos cuenta al volver de algún lugar de fuera”, reflexionaba Miguel Ángel.

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Belén monumental de La Florida Diario de Noticias de Alava

Costumbres que no cambian 

El parque de La Florida aguarda un especial valor por ser escenario principal del ocio de la la sociedad gasteiztarra. Entre ellos, los conocidos Bailables en La Florida alrededor del Quiosco de música, donde, desde hace años, se concentra toda una generación que comparte costumbres. “A los bailes he ido toda la vida”. “Vitoria tenía la calle Dato si no llovía, si lo hacía, íbamos a la Plaza España y en verano, siempre a la Florida”. “Era lo típico. Vuelta para aquí, vuelta para allá”, recordaba Mari Carmen con una mezcla de nostalgia y alegría.  

Juan Carlos también asistía a los bailes de cada tarde de sábado. “Aquí conocí a mi primer amor”, señalaba con el índice hacía un lado del quiosco. “La verdad que la Florida está preciosa”, coincidían los tres veteranos.