El Ayuntamiento ha recibido 127 aportaciones ciudadanas a tener en cuenta cuando implante la primera zona de bajas emisiones en la ciudad, con restricciones a la entrada de vehículos contaminantes. 

El proceso participativo que definirá el funcionamiento de la zona de este perímetro cerrado al tráfico comenzó en noviembre con una sesión informativa dirigida a representantes vecinales, colectivos del ámbito de la movilidad y otros agentes sociales implicados.

Fue el primer paso de una hoja de ruta que continúa adelante y que hoy da un paso más con una nueva sesión participativa en Montehermoso. 

Zona centro y Casco Viejo

Con el fin de acordar las normas de acceso en vehículo a la zona centro y Casco Viejo desde el consenso, el Ayuntamiento analiza ahora las 127 propuestas presentadas por los gasteiztarras para dirimir si se pueden integrar en la ordenanza reguladora.

Son iniciativas planteadas por vecinos, comerciantes, hosteleros, repartidores, taxistas y bicicleteros, entre otros sectores afectados por la futura implantación de la primera zona de bajas emisiones en Gasteiz.

22 cámaras de videovigilancia

De forma paralela, el Ayuntamiento sigue los trámites para contratarlas 22 cámaras que leerán las matrículas de los vehículos que quieran acceder a la zona centro de Vitoria.

Un vehículo echa humo por el tubo de escape. Jorge Muñoz

Estos dispositivos estarán situados en todos los puntos de entrada a la zona de bajas emisiones con una única función: identificar las matrículas de los vehículos y comprobar que están autorizados.

El área de implantación de la zona de bajas emisiones abarcará el Casco Viejo y la parte del Ensanche delimitada por las calles La Paz, Ortiz de Zárate, Florida, Ramón y Cajal, Luis Heintz, Magdalena, Vicente Goicoechea y Cercas Bajas.

En realidad, dos zonas en las que el Ayuntamiento lleva años peatonalizando calles y prohibiendo la circulación. El objetivo, una vez que se ponga en marcha la primera fase, es eliminar el tráfico de paso en el interior del perímetro y otorgar la prioridad a las personas residentes.

Implantación gradual

No obstante, su implantación será gradual. “La zona de bajas emisiones no nace con un objetivo sancionador; habrá un periodo para la ciudadanía se adapte al cambio”, aclaró en su día el concejal de Seguridad y Tráfico, Iñaki Gurtubai.

Así, en la primera fase no se pedirá distintivo ambiental alguno, ya sea azul, eco, verde o amarillo para determinar qué vehículos pueden circular por la zona de bajas emisiones.

Transcurridos cuatro años, se monitorizará la situación para comprobar las mejoras en la calidad del aire derivadas de las medidas adoptadas.

La segunda fase, prevista para el año 2027, traerá tres cambios sustanciales: El perímetro de restricción de tráfico se ampliará a Ramiro de Maeztu, Domingo Beltrán y Coronación.

Asimismo, se establecerán restricciones a la circulación de vehículos según el distintivo ambiental que tengan, aunque habrá excepciones, y se activará la OTA ambiental, una reforma del estacionamiento en superficie de pago donde los vehículos abonarán las tarifas en base a su nivel de emisiones contaminantes.

También se contempla la ampliación de la zona OTA.

OTA ambiental

La tercera fase no llegará hasta 2030, fecha en la que la prohibición al paso de vehículos será mayor, según su nivel de contaminación ambiental y se ampliará el ámbito de la OTA ambiental.

En resumen, la zona de bajas emisiones quiere ser un nuevo paso en el compromiso de Vitoria con la sostenibilidad, aunque la ciudad ya parte de una buena situación, entiende el Ayuntamiento. Y es que, Vitoria cumple la propuestas de la Comisión Europea en materia de calidad de aire.

A futuro, el reto está en acercarse lo máximo posible a los objetivos de calidad del aire que marca la Organización Mundial de la Salud.

Políticas ya implantadas

Como ejemplos de políticas instauradas en Gasteiz antes de la implantación de la primera zona de bajas emisiones, cita el Ayuntamiento el cierre al tráfico del entorno de la Virgen Blanca, la ampliación de la OTA, la puesta en marcha del BEI y de otros autobuses eléctricos, la ampliación del tranvía y de los bidegorris y el aumento de calles peatonales, entre otras medidas.